México retrasará por siete años más su meta para generar 35% de la energía con fuentes limpias que no contaminan, según la actualización del Programa para el Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen).

En el reporte de 2021, la meta de la Secretaría de Energía (Sener) era que en 2024, el 35% de la energía generada en México proviniera de fuentes limpias, sin embargo, en el nuevo reporte de este año, ese nivel se alcanzará hasta el 2031.

Adiós 114 GWh

México se había fijado producir en el 2024 unos 114 Gigawatt (GWh), pero en realidad para ese año, solo producirá 111. Para el 2031, se había propuesto generar 180 GWh, pero ajustó su meta a 154 GWh.

En su momento, al establecer estas metas, no se evaluó la viabilidad técnica y económica que garantizara la confiabilidad del SEN, como establece la Ley de Transición Energética

se menciona en la última versión del Prodesen. 

Tampoco se consideró la evolución tecnológica de la electrónica de potencia asociada a las Centrales Eléctricas FV y EO y sus efectos en la robustez eléctrica de los SEP, así como la madurez de los sistemas de captura y confinamiento de CO2.

Se observa que, para alcanzar las metas a 2024, la viabilidad económica y técnica para una integración de gran magnitud que permitan la integración de generación renovable/limpia para ese año no es factible como se observó por parte de la SENER en 2017 y 2018

admitió Sener en el Prodesen.

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Ponderan confiabilidad

La Ley de Transición Energética de 2015 establece que el incremento de las Energías Limpias debe ser gradual, garantizando la confiabilidad de la Red Eléctrica y en condiciones de viabilidad económica con el objetivo de cumplir con las metas establecidas en la materia y reducción de emisiones.

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El 27 de marzo de 2015, México suscribió compromisos antes las Naciones Unidas para enfrentar el cambio climático, con la denominada Contribución Prevista y Determinada a nivel Nacional (INDC, por sus siglas en ingles).

La INDC se integra por un componente de mitigación que incluye compromisos internacionales no condicionados, que son aquellos que el país puede solventar con sus propios recursos; México los asumió sin evaluar la viabilidad técnica y económica.

El Acuerdo de París, reconoce a las “Partes” sus necesidades específicas, circunstancias especiales y  los tiempos que tardarán en lograr los compromisos.