La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) enfrenta la que puede ser su mayor crisis institucional de la historia, bajo el mando de Rosario Piedra Ibarra, una activista cercana al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
La toma del edificio de la dependencia en Ciudad de México por parte de mujeres inconformes ante la falta de atención a los casos de feminicidio y violencia de género en el país se empieza a replicar en otras ciudades y esto comienza a generar
Durante la toma de la sede central, las manifestantes -entre quienes hay familiares de mujeres desaparecidas y asesinadas- quemaron objetos e hicieron pintas en paredes y muebles, como protesta por la falta de respuesta a sus demandas.
También exhibieron en redes sociales cortes de carne gourmet encontrados en el interior de las instalaciones. La propia CNDH reconoció la existencia de esos alimentos para los trabajadores, de los cuales se sirven hasta 50 platillos diarios.
Tras las manifestaciones en el edificio ubicado en República de Cuba, grupos feministas tomaron las instalaciones de la CNDH en Veracruz, Puebla y Ecatepec. En este municipio mexiquense, la manifestación fue reprimida con violencia por elementos de la policía.
Entre enero y julio de 2020 los feminicidios crecieron 5.4% en comparación con los mismos meses del año anterior. No obstante, este delito ha crecido 111% en los últimos cuatro años, de acuerdo con el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE).
La principal exigencia del Frente Nacional Ni Una Menos México es el reconocimiento abierto y público de la gravedad de la violencia de género y la violencia feminicida a nivel nacional.
También la organización pide que los funcionarios “se abstengan de emitir cualquier tipo de discurso con el que se minimice o pretenda minimizar” esta problemática, además de eliminar el discurso “patriarcal de la clase política y los titulares de instituciones” estatales.
El pliego petitorio que entregaron las manifestantes a la CNDH incluye, además, la apertura de unidades especializadas en violencia de género y feminicida en todas las fiscalías, organismos públicos de derechos humanos, de atención a víctimas y búsqueda de personas desaparecidas.
#México |Pliego petitorio del Frente Nacional Ni Una Menos México. #NiUnaMenos ??♀️ #Justicia #CNDH #LasQueLuchan ✊?
?????????????????????? pic.twitter.com/R5geF5PkOo— Ruda (@ruda_gt) September 10, 2020
Sin embargo, públicamente una de las exigencias que mayor fuerza ha cobrado es la renuncia de Piedra Ibarra, quien llegó a la titularidad de la CNDH a finales del año pasado, en medio de señalamientos de múltiples irregularidades en su proceso de selección.
“La renuncia de Piedra sería una condición para distensar, pero desafortunadamente no solucionaría el problema de fondo. Sería quizás una muestra de buena voluntad y de reconocimiento de sus propias fallas que ayudaría a un diálogo, pero creo que el tema es mucho más grande”, dice Fernanda Salazar, politóloga especializada en temas de género.
María Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, agrega en entrevista con EL CEO que el problema es la falta de acceso a la justicia de víctimas de lo que “las mujeres están hasta el hartazgo de no ver avances”.
“Es un paso el haber aceptado el pliego petitorio, pero CNDH tiene una deuda con las víctimas (…) . De mayo a junio se registraron 500 desapariciones de mujeres en el país y 10.4 feminicidios diarios”, explica.
Desde que fue nombrada como la nueva titular de la CNDH en el último trimestre de 2019, Piedra Ibarra ha enfrentado cuestionamientos de los sectores social, académico y político a nivel nacional.
Controversial nombramiento
La elección de los aspirantes a la presidencia de la dependencia inclusive dividió al grupo de Morena en la Cámara de Senadores, aunque logró la aprobación por mayoría simple.
“El Senado no dio certeza de que el nombramiento se haya dado en las condiciones idóneas. Los procesos no fueron pulcros, ni cuidaron la transparencia que requiere la selección”, dice Marcia Itzel Checa Gutiérrez, presidenta de la Comisión Nacional de Evaluadores de México (CNEM).
Uno de los principales cuestionamientos al nombramiento fue la cercanía de Piedra Ibarra con el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), fundado por López Obrador en 2014.
Dicha organización impulsó la candidatura de la activista a una diputación federal en 2018 y fue secretaria de Derechos Humanos del Comité Ejecutivo Nacional del partido, al que seguía afiliada hasta ese momento.
Su militancia en el partido político predominante en la Cámara alta fue objeto de críticas, por considerar que dicha condición afectaría la autonomía de la CNDH, y la imparcialidad de su actuación.
Rosario Piedra Ibarra es hija de María del Rosario Ibarra de la Garza, quien fundó el Comité ¡Eureka! en 1977 tras la desaparición de su hijo, acusado de pertenecer a la Liga Comunista 23 de Septiembre.
Debido a su labor activista, el Senado le otorgó la Medalla Belisario Domínguez en 2019. Por ello, las críticas también han ido dirigidas hacia la administración de López Obrador.
El gobierno federal propuso reducir el presupuesto de la CNDH para 2021. De acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, la comisión tendría 10% menos recursos en comparación con el ciclo fiscal 2020.
Además de los casos de violencia de género, la CNDH también debe afrontar las quejas y denuncias ocasionadas por la violencia que persiste en la mayor parte de México.
La Secretaría de Gobernación (Segob) informó en julio pasado que desde 1964, se reportó la desaparición de al menos 73,201 personas en México, de las cuales 82% corresponden al periodo entre 2006 y 2020.
En lo que va de la actual administración, al menos 27,871 personas se mantienen como desaparecidas y no localizadas, mientras que 2,352 fueron ubicadas sin vida y otras 33,327 con vida.