El precio del gas Licuado de Petróleo (LP) reportó una caída histórica en la primera quincena de agosto con una reducción del 15.06%, respecto de la segunda quincena de julio, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).

Se trata de la mayor caída desde la primera quincena de agosto del 2011, año hasta donde el Inegi tiene registro. Y esta reducción responde justamente a la fijación de precios de gas LP que estableció el gobierno federal.

A partir del 31 de julio de este año, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) publicó la lista de los precios máximos que los distribuidores de gas LP podían cobrar en 145 regiones del país, lo que generó la inconformidad de los empresarios del sector y de los comisionistas, ya que  este control impactó su rentabilidad.

 

 

El tope a los precios provocó que en la Ciudad de México el precio bajara 23.35% en la primera quincena de agosto, y 18.09% en el Estado de México.

Mientras que en Veracruz, el precio se redujo 14.70%  y 12.90% en Baja California Sur, así como 9.81% en Nuevo León. Sin embargo, en Chiapas, uno de los estados más pobres del país, el precio sólo descendió 6.33%.

En términos anuales el precio nacional del gas LP aumentó 13.73% en la primera quincena de agosto, lo que significó el nivel más bajo desde la segunda quincena de diciembre del 2020 cuando subió 12.08%.

Se debe evitar escasez del combustible 

Si bien la reducción de precios permite al consumidor tener más dinero disponible para cubrir otras necesidades, el gobierno federal deberá demostrar qué tan solvente será si a nivel internacional suben los precios y decida absorber los costos, dijo Leticia Armenta, economista del Tecnológico de Monterrey.

Si el gobierno federal es capaz de ofrecer más combustible, podríamos esperar que la baja de precios sea algo que se pueda sostener, de lo contrario, si el control de precios se establece como una restricción, pudiera revertirse el efecto que ahora observamos

mencionó. 

Lo peor que podría pasar si suben los precios internacionales es que los precios se mantengan, pero surja escasez ante la inconformidad de los distribuidores por el golpe a sus ingresos, comentó.

Esta situación daría origen a un mercado negro, ya que las familias y negocios buscarían alternativas para conseguirlo y eso generaría más distorsiones en el precio del gas LP.

Subsidio al gas LP elevará el déficit público 

Raúl Feliz, académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), planteó que la fijación de precios pudiera ser sostenible si generara competencia en el mercado al mismo tiempo que baja el precio internacional del petróleo.

Pero si esto es porque se está dando subsidio, a la larga se va a reflejar en un déficit público mayor. No creo que sea buena idea que el gobierno trate de fijar artificialmente el precio del gas porque a mediano y largo plazo es un tema relacionado al precio internacional del petróleo

advirtió. 

El especialista dijo que el gobierno podría aplicar una política de competencia para evitar que exista una coalición de vendedores que distorsionen el precio y lo suban artificialmente.

“El precio del petróleo sube y baja en los mercados internacionales, ha bajado en las últimas cuatro semanas. Lo que se puede hacer es propiciar la competencia y evitar abuso por parte de los oferentes”, concluyó.