Ante el daño a la actividad económica que ocasiona la pandemia de coronavirus algunas empresas están considerando reducir su plantilla de trabajadores para disminuir sus gastos.

Pero un recorte masivo de personal debido la emergencia de salud que persiste en México sería ilegal y permitiría a los empleados ir a juicio por despido injustificado, causal de 88.1% de los juicios laborales, según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).

El artículo 47 de esta ley dice las causas justificables de rescisión de contrato, sin contemplar en su redacción a los recortes de personal.

Una medida de este tipo debe ser analizada por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA), entidad que debe determinar si está justificada o no, dice Alfonso Bouzas, experto en asuntos laborales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Sin embargo, el tribunal en materia laboral suspenderá casi todas sus actividades entre el 23 de marzo y 19 de abril ante el brote de coronavirus, por lo que no podrá realizar las diligencias que se requieren para estas solicitudes.

Durante ese lapso solamente tendrán seguimiento los procedimientos de huelga.

“Dicha suspensión obedece a una causa de fuerza mayor, derivada de la contingencia sanitaria y ponderando la prevención del riesgo de contagio por la concentración de personas”, detalló la Secretaría del Trabajo en un comunicado publicado el jueves.

Ante un despido injustificado, los afectados pueden solicitar “una acción de reinstalación o una acción de indemnización”, dice el experto.

Una alternativa a la que pueden recurrir las compañías ante la emergencia de salud es a la suspensión indeterminada de labores. Eso sí, con la obligación de indemnizar a sus empleados con hasta 30 días de salario mínimo, explica Bouzas.

No obstante, algunas firmas están implementando estrategias de cierres temporales de sus negocios, sin pagos a sus trabajadores.

Medidas de emergencia

Alsea, controladora de marcas en México como Stabucks, Domino’s Pizza o Chilli’s propuso a sus empleados tomar “licencias voluntarias”, sin goce de sueldo.

Otra compañía que implementa una estrategia similar es la cadena de tiendas departamentales Liverpool.

En este caso, la firma puso en suspensión “hasta nuevo aviso” a un “buen porcentaje” de la plantilla de la fuerza de piso, según confió una fuente a EL CEO que prefirió guardar el anonimato.

“No nos van a pagar ni un día”, lamentó la entrevistada.

El sector hotelero, que solo en Ciudad de México enfrenta pérdidas diarias de hasta 100 millones de pesos, sí contempla recortar una parte de su personal.

Aunque esa medida está aún bajo análisis, dice Rafael García, representante de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles en la capital de la República. Una empleada de Hyatt asegura que la cadena tiene contemplado que esto suceda en las próximas semanas.

La industria automotríz no se salva. Algunas armadoras anunciaron el cese de actividades en plantas de México. No todas dijeron si continuarán pagando a sus trabajadores.

Honda, por ejemplo, dijo en un comunicado que parará del 23 de marzo al 31 de marzo todas sus plantas de Norteamérica. Eso incluye el centro de manufactura y transmisión de Celaya, Guanajuato.

“Durante este tiempo, Honda continuará pagando por completo a todos sus asociados. Aproximadamente, 27,600 asociados en Norteamérica serán afectados por la suspensión temporal de la producción”, explicó la empresa japonesa.

Volkswagen, por su parte, anunció un paro de labores en sus plantas de Puebla y Guanajuato del 30 de marzo al 12 de abril. Mientras que Nissan también suspendió sus actividades de producción en México entre el 25 de marzo y el 14 de abril.

Si bien el paro de actividades en la JFCA contendrá momentáneamente los despidos masivos por el temor de las empresas a juicios laborales colectivos, la crisis económica hacia la que se enfila el país ocasionará un desempleo sin precedentes, dice Alfonso Miranda, especialista en mercado laboral del Colegio de Investigación y Docencia (Cide).

Instituciones como Bank of America-Merril Lynch, Credit Suisse y Barclays esperan que la economía mexicana se contraiga 4.5, 4 y 2% respectivamente, en 2020.

“En unas semanas el país entrará en una disrupción económica que hará que muchas empresas quiebren. Se percibe como la peor crisis económica desde la segunda guerra mundial, y eso generará un desempleo gigantesco”, explica Miranda.