La semana pasada Elon Musk, director y fundador de Tesla, anunció que la compañía estaba buscando establecer una nueva fábrica en Estados Unidos para la fabricación de la nueva Cybertruck, así como para suplir la demanda del Modelo Y en la costa este del país. Fuentes cercanas a la empresa dijeron a Axios que uno de los candidatos más fuertes es Nashville Tennessee, lo que convertiría al estado en uno de los hubs de manufactura de vehículos eléctricos más importante del mundo.

La manufactura automotriz del estado, que en 2018 producía un auto cada veinte segundos, está liderada por Nissan: la marca japonesa fabrica el Leaf, su auto eléctrico, en la planta de Smyrna Tennessee, esta planta ha sido nombrada en múltiples ocasiones como la planta más productiva del país. La compañía japonesa también tiene su oficina central en Franklin, Tenn.

GM, por su parte, tiene una planta en Spring Hill que produce la Acadia y el Cadillac XTS. Esta planta será importante para las pretensiones eléctricas de la compañía y, aunque no fue elegida como el sitio de producción de la nueva Hummer, sí se espera que sea objeto de una inversión similar a la hecha en Detroit, para adaptar la planta al futuro eléctrico de GM.

VW posee una planta en Chattanooga, en la que ensambla el Passat y la SUV Atlas. El futuro de esta planta sí ha sido puesto en claro por la compañía: sus instalaciones serán responsables de fabricar los nuevos I.D. Crozz y I.D. Buzz, dos de las apuestas fuertes de la compañía alemana para impulsar su división eléctrica.

El departamento de desarrollo económico y comunitario de Tennessee explica que el estado resulta atractivo para las compañías no sólo porque tiene la segunda carga tributaria más baja del país, sino porque cuenta con una concentración de empleos automotrices que es 3.72 veces más alta que el promedio nacional, lo que le ha permitido al gobierno invertir en la preparación de trabajadores para esta industria.

La cadena de producción automotriz del estado también es envidiable, y cuenta entre sus fabricantes a Hankook Tire, Bridgestone Americas, Calsonic Kansei, Magnetti Marelli, Denso Manufacturing, Yorozu Automotive, JTEKT, Mahle, y M-Tek.

En una carta al Wall Street Journal, Musk explicó que los incentivos económicos son importantes para la compañía, pero que no serán el único elemento de la decisión. “También importan los costos logísticos, el acceso a una gran mano de obra con un amplio rango de talentos y la calidad de vida”, apuntó.

Es justamente la mano de obra la que podría dar a Tennessee la ventaja para atraer a la planta de Musk: con más de 140,000 personas empleadas por la industria, el estado ya tiene experiencia preparando trabajadores para el presente y futuro eléctrico de las empresas automotrices, y la presencia de Tesla podría ser el elemento faltante para garantizar su posición privilegiada hacia el futuro eléctrico.