México necesita alrededor de 14,000 millones de dólares para conectar al 30% de la población que aún no cuentan con internet, un presupuesto de inversión para conectividad universal que el país está lejos de alcanzar.
En el estudio Conecting Hummanity, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) ubica a México entre los 25 países a nivel global que requieren de una mayor cantidad de inversión para conectar a los desconectados, para lo que calcula una inversión incluso por encima de países como Brasil.
La cifra supone apenas el 0.37% (dólar al tipo de cambio interbancario) de lo que se prevé destinar a CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos en 2021, según el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) del próximo año de 1,095 millones de pesos.
Para cumplir el propósito de Internet para Todos, el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió que en 2021 todo México estaría conectado, lo que para analistas del sector resulta prácticamente imposible ante la falta no solo de recursos, sino también de un plan de acción.
La estimación de la UIT es la única con fundamento que pone en dimensión el costo aproximado de conectar al todo el país y de ahí pone en perspectiva que no es un esfuerzo de recursos de un año, debe de ser una inversión sostenida y donde participen tanto el sector público como el privado
Ramiro Tovar, consultor en Regulación Económica y Política de Competencia
Pese a los esfuerzos, la conectividad para el 100% de los mexicanos no será una realidad ni en 2021 y al final del sexenio, mucho menos ante el escenario actual de pandemia, que dibujó una realidad nueva que no estaba contemplada, comentó por su parte Gonzalo Rojón, socio director de The Competitive Intelligence Unit (CIU).
En ese sentido, el especialista apuntó que, cuando se habla de conectividad para todo el mundo, a pesar de que la gente cuente con un dispositivo móvil o se conecte eventualmente, es necesario mantener una conectividad lo suficientemente constante y elevada.
Sin embargo, falta mucho por hacer y, considerando el presupuesto para conectividad, es difícil que se logre pues resulta insuficiente, a pesar de que los recursos no solo deben provenir del gobierno, sino también de la inversión privada, acotó Rojon.
La inversión privada en Telecomunicaciones en 2019 ascendió a 97,632 millones de pesos (a precios corrientes), una cifra 26% mayor a la del año previo, según cifras del Banco de Información de Telecomunicaciones del IFT a junio de 2020.
La conectividad, ¿con qué y para qué?
Además de lo complicado que resulta soñar que el próximo año todo el país va a tener cobertura, también hay que pensar si todos los que tengan acceso tendrán un dispositivo para navegar y un servicio continuo, porque esa es otra gran parte del problema, aseguró Fernando Borjón, excomisionado del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).
En su opinión, no se están involucrando a todas las partes interesadas (stakeholders) sino que toda la conectividad se quiere con el gobierno y, en su caso, con la Red Compartida.
Todo se está centrando en conectividad y se han roto los esfuerzos dedicados a generar habilidades digitales y formación de capacidades empresariales. Y, además, no existe una estrategia digital nacional enfocada a optimizar esfuerzos del gobierno para aprovechar los efectos de la digitalización
En ese sentido el especialista destacó que lo importante no es sólo la conectividad, sino para qué se quiere esa conectividad.
Para el ingeniero Borjón, lo importante no es decir que se termina en un año, sino tener un plan consistente de avance que mida resultados y que establezca los beneficios que se desean lograr a la población.
Los beneficios pueden ser a nivel educativo, en reducir la intermediación, en una mayor bancarización para hacer pagos electrónicos, en la distribución y auditoría de programas sociales, entre otros.