México cayó tres lugares en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2018, al obtener solo 28 de los 100 puntos posibles, con lo que se colocó en la posición 138 de 180 países, de acuerdo con el informe de Transparencia Internacional.
El puntaje coloca a México en el último lugar entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), por debajo de Grecia y Hungría.
En la región, México se encuentra por encima de Guatemala y Nicaragua que están en los lugares 144 y 152, respectivamente y por debajo de Uruguay, país que ocupa el mejor sitio de entre todos los de la región (23), Chile (27) y de Argentina (85).
Los peores calificados son Venezuela, Haití y Nicaragua, con calificaciones de 18, 20 y 25, respectivamente.
México experimentó una caída de seis puntos desde 2012, luego de verse envuelto en grandes escándalos de corrupción, específicamente los relacionados con gobernadores mexicanos, detalla la organización.
La caída severa de los derechos políticos básicos como la libertad de expresión y la falta de una prensa libre que funcione como vigilante del gobierno limita la capacidad de denunciar los casos de corrupción, según el informe.
De acuerdo con el análisis de Transparencia Internacional, si bien los esfuerzos por terminar con la corrupción en México se han incrementado en la última década, la falta de una Fiscalía Independiente y de la correcta integración del Sistema Nacional Anticorrupción no permiten que el país avance en materia de transparencia.
De acuerdo con datos del Grupo de Acción Financiera Internacional presentados en el informe de Transparencia Mexicana, en México sólo el 2.9% de las acciones penales terminan en condena, lo que fomenta el cohecho.
Los destacables
Si bien nadie logra un puntaje perfecto dentro del índice, los países mejor calificados en materia de transparencia son Dinamarca, Nueva Zelanda, Finlandia, Singapur, Suecia y Suiza.
Los países con peores calificaciones dentro del índice son Corea del Norte, Yemen, Sudán del Sur, Siria y Somalia, mismos que son marcados por falta de democracia interna, serios problemas políticos y en algunos casos graves crisis de derechos humanos.
Más de dos tercios de los países calificados se encuentran por debajo de los 50 puntos, con un promedio de 43.