Mientras que los contagios de coronavirus avanzan hacia el triple dígito en México, los gobiernos estatales apenas se preparan para hacer frente a la pandemia que cruzó ya 154 fronteras en todo el mundo.

Sin embargo, las precariedades del sistema de salud pública tienen prácticamente indefensas a entidades como Oaxaca, Michoacán, Guerrero y Veracruz, donde el número de camas para cuidados intensivos es menor a dos por cada 100,000 habitantes.

Este equipamiento hospitalario es el principal indicador para conocer la capacidad de respuesta que tiene cada estado ante el COVID-19, explica Daniel Fernando Pérez Larios, infectólogo del Centro Médico La Raza.

México cuenta con 4,291 camas totales para cuidados intensivos, equivalentes a un promedio de 3.8 camas por cada 100,000 habitantes, según un cruce de datos de la SSA y el último censo del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) realizado por EL CEO.

Pero el número de camas disponibles en 20 de los 32 estados de la República es menor al promedio nacional.

Esto aumenta el riesgo de propagación del COVID-19 por todo el país, lamenta Pérez Larios, debido a que el desplazamiento de personas infectadas aumentaría el número de personas contagiadas.

“Al no tener cerca una unidad de cuidados intensivos, las personas se mueven a los hospitales donde tienen mayor posibilidad de curarse y eso facilita la movilidad de la enfermedad”, dice el experto.

En México, 451 hospitales cuentan con unidades cuidados intensivos. No obstante, el número entre estados puede variar hasta 2,133% según los datos de la SSA.

Por ejemplo. Ciudad de México, la entidad con mayor infraestructura hospitalaria pública del país, tiene 67 unidades de cuidados intensivos, mientras que otros estados, como Baja California Sur o Nayarit tienen apenas tres.

En cuanto a la disponibilidad de camas para cuidados intensivos por número de habitantes en cada estado, el número va de 1.2 por cada 100,000 habitantes en Oaxaca, a 11 en Ciudad de México.

Escasas medidas gubernamentales

José Luis Alomía, director general de Epidemiología, informó que hasta las 19:00 horas del martes había 93 casos confirmados de coronavirus en México. También reportó 206 sospechosos de portar el virus.

Este número significa un crecimiento de 615% de los contagios en el país, desde el viernes 13 de marzo, cuando se habían reportado solo 13.

Ante esta alza, algunos gobiernos estatales tomaron medidas de contención.

El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, inició las medidas de prevención en su segunda fase, lo que significa evitar casi todas las congregaciones sociales, públicas y privadas innecesarias.

El funcionario también invitó a posponer que signifiquen congregaciones de más de 5,000 personas.

Esteban Moctezuma Barragán, secretario de Educación, anunció el adelanto del periodo vacacional de semana santa al 20 de marzo, así como una extensión de 14 días al mismo.

Esta medida afectará a más de 36 millones de alumnos, dos millones de docentes y más de 265 escuelas de los niveles de educación básica, media superior y superior.

En respuesta, solo Oaxaca y Jalisco frenaron los eventos masivos, como medida preventiva, ante la emergencia de salud.

López-Gatell Ramírez informó el martes que la pandemia del coronavirus en México tendrá una duración mínima de 12 semanas, en correspondencia con la experiencia que se tiene de China, donde se originó la enfermedad.