La audiencia de Emilio Lozoya por el caso Agronitrogenados fue diferida dos semanas más, con lo anterior, el exdirector de Pemex no saldrá este lunes de la cárcel, pero podría hacerlo en las próximas semanas.
El juez difirió la audiencia programada, en donde se tenía previsto llegar a un acuerdo reparatorio y cerrar el caso contra el exfuncionario por la compraventa de la planta de fertilizantes.
La audiencia se aplazó debido que para llegar al acuerdo reparatorio con Petróleos Mexicanos (Pemex) faltaron algunos documentos y así poder finalizar con la reparación.
De acuerdo con el Consejo de la Judicatura Federal, fueron los abogados de Lozoya quienes solicitaron el aplazamiento de la audiencia intermedia al señalar al juez que siguen afinando detalles con la Fiscalía General de la República (FGR) y Pemex, como parte ofendida.
Tanto la Fiscalía y los representantes jurídicos de Pemex y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), junto con la defensa de Lozoya acordaron llevar a cabo las pláticas necesarias para concretar dicho acuerdo reparatorio, lo cual se estima podría implicar el citar a audiencia en unos 15 días
Padres de Lozoya serán obligados solidarios
En la diligencia estuvieron presentes Emilio Lozoya Thalmann y Gilda Margarita Austin Solís, padres del exdirector de Pemex, quienes aparecen en el acuerdo reparatorio como obligados solidarios del pago de 10.7 millones de dólares por concepto de reparación del daño.
También acudió el representante legal de una inmobiliaria y de Marielle Elene Eckes, esposa de Emilio Lozoya, quienes fungen como garantes del pago ofrecido.
¿De qué se le acusa a Lozoya?
Caso Agronitrogenados: una compra a sobreprecio
Pemex informó en enero de 2014 que su subsidiaria PMI Comercio Internacional firmaron un contrato para la compra de la empresa Agronitrogenados, localizada en Pajaritos, Veracruz, para elevar la producción de urea (un tipo de fertilizante) hasta 990,000 toneladas anuales a partir de 2015, volumen que representaba cerca del 75% de la demanda nacional.
El proceso de compra inició en los últimos meses de 2013 y para esta adquisición la paraestatal invirtió 475 millones de dólares, incluyendo la compra de activos existentes, así como la rehabilitación y renovación de la planta.
De esa cantidad, 275 millones serían para la adquisición de los activos de la planta y los 200 millones restantes para rehabilitación y modernización. Anteriormente, Agronitrogenados era propiedad de Altos Hornos de México, de Alonso Ancira, quien también fue detenido.
En ese entonces, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) revisó la transacción y concluyó que Pemex adquirió una planta con equipo incompleto, en mal estado, difícil de utilizar y con 30 años de antigüedad y hasta 14 fuera de operación.
También, Altos Hornos lanzó un programa de rehabilitación de sus plantas para que volvieran a operar, por lo que terminaron vendiendo a Pemex una planta en rehabilitación.
El costo que Pemex terminó pagando por esta planta se incrementó a 760 millones de dólares: 275 millones para la tesorería de Altos Hornos de México, otros 200 para rehabilitar y echar a andar la planta entre noviembre de 2015 y abril de 2016.
Al no cumplirse los tiempos, se invirtieron otros 285 millones para lograr operaciones en mayo de 2017, lo que al final tampoco ocurrió y la planta no logró las metas que se prometieron para justificar su compra.
Fertinal: la compra chatarra y técnicamente en quiebra
En octubre de 2015, el Consejo de Administración de Pemex aprobó el proyecto de inversión para financiar y concretar la compra de la Unidad de Fertinal en Lázaro Cárdenas, Michoacán, y su mina de roca fosfórica ubicada en San Juan de la Costa, Baja California Sur, con un pago de 635 millones de dólares.
En ese entonces, Pemex estimó que la inversión sería recuperada “en menos de 36 meses”. Sin embargo, los resultados y beneficios esperados nunca se concretaron o se vieron.
La Secretaría de la Función Pública y Pemex informaron en 2018 que la compra de Fertinal había representado una pérdida o daño al erario de 193.9 millones de dólares, cifra que representa el sobrecosto pagado respecto al valor real de la empresa.
Además, la ASF al revisar la cuenta pública de 2016, identificó que desde un inicio el complejo Lázaro Cárdenas y la mina de San Juan habían presentado un deterioro constante, con fallas operativas, incrementando los costos de mantenimiento.
De acuerdo con la cadena de noticias Univisión, el propio Lozoya amenazó y presionó al Consejo de Administración de Pemex para dar luz verde a la compra de Fertinal.
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ASF detecta irregularidades en ambas compras
La Auditoría Superior de la Federación detalló en 2016 que Pemex pagó 442 millones de dólares extras en el caso de Agronitrogenados, planta que tenía 14 años sin operar y con 60% de su maquinaria en estado inservible, las cuales las había adquirido a sobreprecio.
En 2017, la ASF detectó que de las 17 plantas productivas que son de su propiedad, de Fertinal, Cosoleacaque y ProAgro, solo 11 estuvieron en operación, pero sin cumplir con los niveles de producción esperados para generar ganancias.
Concluyó que Pemex Fertilizantes “no logró ser rentable ni generar valor económico para el Estado”.
Mientras que en 2018, la Auditoría Superior ordenó en enero de 2018 realizar las investigaciones pertinentes e iniciar procedimientos administrativos por las irregularidades de servidores públicos que adquirieron ambas plantas en mal estado.
Según datos oficiales, hasta mayo de 2019 Pemex había gastado alrededor de mil 395 millones de dólares por la compra y rehabilitación de las dos empresas de fertilizantes, sin que ninguna haya resultado rentable o haya generado utilidades para el Estado.
La directora Jurídica de Pemex, Luz María Zarza, explicó que los modelos de compra de Agro Nitrogenados y de Fertinal (comprada después) se realizaron a sobreprecio, a pesar de que se trataba de plantas chatarra, por lo que esa dependencia presentó denuncias por separado en contra de los presuntos responsables.
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