Durante seis años, tiempo que duró el sexenio de Enrique Peña Nieto, las puertas de la Residencia Oficial de Los Pinos se mantuvieron cerradas.
Este sábado 1 de diciembre, al tiempo en que Andrés Manuel López Obrador sea investido como presidente de México, Los Pinos permitirán el acceso al público en general, rompiendo con ello la racha de 72 meses en que el recinto se alejó del ojo público.
Según informó el equipo de López Obrador, desde las 10 horas del próximo sábado se permitirá el acceso a las casas “Miguel Alemán”, “López Mateos”, “Miguel de la Madrid”, “Venustiano Carranza” y “Lázaro Cárdenas”, ubicadas dentro del terreno de 56,000 metros cuadrados.
No sólo eso. El público asistente también podrá presenciar la toma de protesta del tabasqueño en el jardín “La Hondonada”, donde se instalarán pantallas con transmisión en tiempo real del cambio de banda presidencial en el Congreso.
Posteriormente, en la explanada “Francisco I. Madero” se ofrecerán diversos conciertos de grupos musicales – entre ellos de la Orquesta Carlos Chávez—, como parte de la celebración cultural del equipo entrante, misma que también se efectuará en el Zócalo.
La decisión no es fortuita. Para el doctor en Antropología Social e investigador del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social de Occidente, Guillermo de la Peña Topete, la decisión puede entenderse como una resolución para demostrar que López Obrador es “diferente”.
También puede reflejar que habrá apertura en el gobierno entrante.
Ambos son posicionamientos que discursivamente ha manifestado López Obrador.
Consultado por El CEO, el también coordinador del libro “La antropología y el patrimonio cultural de México”, señala que si bien la Residencia Oficial no se entiende como un símbolo de identidad social de los mexicanos – a diferencia del Palacio Nacional—, sí se relacionan como una imagen del poder y con su ejercicio centralizado en el país.
Bajo esta óptica, el rechazo de López Obrador de vivir en ese lugar y de abrirla al público se puede leer como un símbolo de “apertura” al pueblo, de que “ya se puede entrar”.
Al respecto, comentó:
Con Peña Nieto se cerró el acceso y esto a la par se entiende como un símbolo de la opacidad de su sexenio
Hace seis años y sin explicación alguna del gobierno en turno, la administración de Peña Nieto canceló las visitas que desde el 2000 había permitido Vicente Fox, como parte de su discurso de transparencia y transición democrática.
Las visitas continuaron en el sexenio del panista Felipe Calderón.
Los recorridos eran gratuitos, se hacían en una hora y en grupos máximo de 40 personas. De hecho, para junio de 2004, la Presidencia de la República calculaba que más de 200,000 mexicanos la habían visitado.
Con el arribo de Peña Nieto, las vistas terminaron.
Se corroboró que la página oficial (www.lospinos.mx) que existía hasta el 2012 y que contenía información de los tours— ya no está disponible en la red.
De acuerdo con el programa del equipo de López Obrador a partir de este sábado 1 de julio la avenida Molino del Rey volverá a tener acceso peatonal.
Desde la puerta 3 se ofrecerán visitas guiadas a todas las instalaciones, con excepción de dos edificios de oficinas, así como instalaciones del Estado Mayor Presidencial (EMP).
El horario de visitas será de 10 de la mañana a las 5 de la tarde, de martes a domingo.
Además, el que será un nuevo espacio “para las artes y la cultura del pueblo de México” ya cuenta con un nuevo sitio web: www.lospinosparatodos.com