Andrés Manuel López Obrador lo volvió a hacer. Lanzó dos mensajes distintos, uno con una carga totalmente política y económica y otro impregnado 100% del tema social.
Con una diferencia de casi seis horas, el primero tuvo como sede la Cámara de Diputados –lugar donde le fue colocada la banda presidencial y rindió protesta–, y ante decenas de jefes de Estado e importantes personajes de la política mundial.
El segundo en el Zócalo capitalino –donde el tabasqueño ha presenciado los eventos más importantes de su trayectoria política–, ante miles de ciudadanos que llenaron la plaza y donde se realizó una ceremonia con representantes de las comunidades indígenas.
Tal como ocurrió el pasado 1 de julio –día de la elección en que consiguió más de 30 millones votos–, el ex jefe de gobierno capitalino lanzó discursos dirigidos a distintos sectores, en uno se lanzó totalmente contra la corrupción y el fracaso de las políticas desarrolladas en las últimas décadas en México.
Y en el otro enumeró todas las acciones que realizará, las cuales parten desde el acompañamiento, apoyo y desarrollo social, principalmente a las clases bajas del país con su famoso frase:
Por el bien de todos, primero los pobres
Una fuerte carga política
Cerca del medio día del sábado 1 de diciembre, desde San Lázaro y en un acto totalmente protocolario de la política mexicana, López Obrador basó su discurso en duras críticas al neoliberalismo y la privatización, políticas impulsadas en los últimos sexenios.
No se trata de un retórico o propagandístico: estos postulados se sustentan en la convicción de que la crisis de México se originó no solo por el fracaso del modelo económico neoliberal aplicado en los últimos 36 años, sino también por el predominio en este periodo de la más inmunda corrupción pública y privada
indicó López Obrador
Además anunció que no habrá persecuciones políticas contra funcionarios de administraciones pasadas, punto que fue criticado en la sede del Poder Legislativo.
“Si me piden que exprese en una frase el plan del nuevo gobierno, respondo: acabar con la corrupción y con la impunidad. Pero al contrario de lo que pudiera suponerse, esta nueva etapa la vamos a empezar sin perseguir a nadie porque no apostamos al circo ni a la simulación”, agregó.
Aunque lanzó duras críticas contra las pasadas administraciones priistas y panistas, López Obrador no citó nombres e incluso agregó que el expresidente Enrique Peña Nieto se comportó como demócrata en el proceso electoral.
Guardando el protocolo, López Obrador lanzó un mensaje a la clase política y empresarial, donde sentó como compromisos que no buscará una reelección, que tratará de ir más allá del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá así como hacer crecer la relación, además de que habrá crecimiento y confianza económica.
Compromiso con los de abajo
Cerca de las 17:30 horas, Andrés Manuel Lopez Obrador salió del Palacio Nacional –donde tuvo una comida con mandatarios– para dirigirse a un templete ubicado en el Zócalo capitalino, en donde ante una plaza abarrotada lanzó un mensaje a los ciudadanos, previamente representantes de las comunidades indígenas jugaron un papel principal.
Tal como cuando fungió como jefe de gobierno del entonces Distrito Federal, el tabasqueño se comprometió con los pobres del país, con las comunidades indígenas, con los adultos mayores y con los estudiantes de escuelas públicas y desempleados.
El extenso discurso giro en torno al compromiso social. López Obrador presentó punto por punto sus proyectos, a los cuales, a cada uno de ellos le dio un enfoque popular.
Vender el avión presidencial, quitar las pensiones a los ex presidentes y bajar sueldos a los altos funcionarios, dar becas a adultos mayores y estudiantes, desarrollar proyectos para las comunidades indígenas y acabar con la corrupción en los gobiernos.
Asimismo, destacó que a la mitad de su gobierno pondrá a consulta su continuidad en el poder. “El pueblo pone y el pueblo quita. El pueblo es soberano”, expresó.
Con humildad les digo, tengan confianza y estoy seguro que no me van a dejar solo, y les digo, no me dejen solo porque sin ustedes no valgo nada, o casi nada. Yo ya no me pertenezco, yo soy de ustedes, soy del pueblo de México. Además, sin ustedes, y esto con todo respeto hablando en el terreno político, sin ustedes los conservadores me avasallarían, pero con ustedes me van a hacer lo que el viento a Juárez
concluyó el tabasqueño que se convirtió en el nuevo presidente de México.