Dos meses después de que se anunciara el descubrimiento del yacimiento de litio más grande del mundo en Sonora, el gobierno de México aún analiza la mejor manera de aprovechar el químico con el que se fabrican las baterías de celulares, computadoras y coches eléctricos.

Sin embargo, la reserva estimada en 8.8 millones de toneladas de recursos de carbonato de litio puede generar una inmensa riqueza para el país, por lo que expertos recomiendan acelerar su aprovechamiento.

De acuerdo con la Ley Minera vigente, la administración de Andrés Manuel López Obrador puede trabajar el yacimiento con sus propios recursos o concesionarla al sector privado.

Pero el primer mandatario descartó esta última opción para el yacimiento, por lo que la única alternativa viable parece una colaboración del gobierno y las mineras privadas, que han llegado a tener 40% del territorio del país concesionado, según datos de Presidencia.

“El gobierno no tiene la capacidad tecnológica para explotar el yacimiento de litio, por lo que la opción más clara podría ser crear alianzas con empresas privadas que le ayuden a llevarlo a cabo”, dice Pablo Gudiño especialista en minería.

Carles Canet, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM coincide, y destaca además que el litio es un elemento considerado estratégico por su importancia en el futuro del sector energético.

Su principal uso está en el almacenamiento de electricidad, especialmente para las baterías de dispositivos electrónicos, aunque también tiene aplicación en la elaboración de cerámica, vidrios, aceites, polímeros y productos farmacológicos.

¿Cuál es la situación en Sonora?

El yacimiento recientemente hallado es considerado el mayor depósito de litio del mundo, de acuerdo con un estudio de la firma Mining Technology.

La que ha llevado el desarrollo del proyecto es Sonora Lithium, una empresa conjunta de la  británica Bacanora Minerals, que posee 77.5% y la china Ganfeng Lithium, que tiene el porcentaje restante.

El estudio de factibilidad financiable para la concesión de La Ventana, que representará 88% del mineral extraído del proyecto estima una vida útil inicial de la mina de 19 años, dice el estudio enlista las 10 minas de litio más grande del mundo.

Para poder explotar el yacimiento mexicano, se debe llevar a cabo un a operación a cielo abierto. Hasta ahora, el proyecto está dividido en dos etapas. 

La primera tendría una capacidad de producción de 17,500 toneladas anuales de carbonato de litio, y requeriría una inversión de 450 millones de dólares para iniciar en 2022, dice el estudio.

Mientras que la segunda duplicaría la capacidad de producción a 35,000 toneladas anuales.

Pero los derechos sobre el yacimiento no están claros, como reconoció el propio López Obrador en su conferencia de prensa matutina del 22 de enero. Tampoco existen registros en el Servicio Geológico Mexicano, según un rastreo realizado por EL CEO.

No obstante, la página del proyecto asegura que “Bacanora posee diez áreas de concesión minera que cubren aproximadamente 100,000 hectáreas en el noreste de Sonora”.

La inseguridad, otro obstáculo

Otro problema al que se enfrenta el gobierno mexicano para erigir al país como uno de los jugadores clave a nivel mundial en la industria del litio es la inseguridad que predomina en los estados del norte.

“Las perspectivas pintan bien para México (pero) la seguridad, al igual que en toda la industria, no solamente en minería, es un problema que tenemos que resolver en el país”, dice Sergio Almazán, quien durante 15 años y hasta el 2019 dirigió la Cámara Minera de México (Camimex).

La minería, que contribuye con un 3.8% al PIB local, ha sufrido los embates del crimen. Hace tres meses, un camión que transportaba barras de doré de una unidad de la minera Fresnillo fue asaltado por un comando armado.

El yacimiento de litio se encuentra a poco más de 100 kilómetros del lugar donde en noviembre de 2019 fueron acribillados tres tres mujeres y seis niños de una comunidad mormona por supuestos miembros del crimen organizado.

El tamaño de la reserva que hay en el subsuelo sonorense es similar a las reservas que poseen Bolivia o Chile, dos de los principales productores mundiales.

Las reservas globales suman 62 millones de toneladas, de las que más de 50% se reparten Argentina, Bolivia y Chile, según datos el Servicio Geológico de Estados Unidos.

Con información de Reuters