El presidente Andrés Manuel López Obrador prometió el 7 de febrero que sentaría al menos a 100 empresarios en Palacio Nacional para cenar -y discutir con cuánto cooperarían en la compra de boletos para la rifa que alude al avión presidencial, sin sortear la aeronave- y cumplió.
La cena, que no fue considerada de etiqueta, se realizó el miércoles a las 19:00 horas en el Salón Tesorería de Palacio Nacional y el menú ofrecía tamales de chipilín y chocolate caliente servido en tasas de barro.
Antes de que diera inicio la merienda, circuló un documento que -sin contar con sellos oficiales- se atribuyó al gobierno federal para que los empresarios invitados pudieran elegir el monto que aportarían voluntariamente a la causa.
Durante la conferencia de prensa que se realizó previo a la cena, se observó a María Asunción Aramburuzabala y Carlos Slim, sentados en la mesa principal flanqueando al presidente, así como a Alfonso Romo, Carlos Salazar Lomelín y el general Luis Crescencio Sandoval.
También asistieron Miguel Rincón de BioPappel, Miguel Alemán Velasco, presidente de Interjet, Carlos Peralta de Grupo IUSA, Carlos Bremer de Grupo Financiero Value, y líderes patronales como Francisco Cervantes y Jorge Mendoza.
Los papeles que los empresarios utilizaron para comprometer su apoyo económico fueron depositados en una tómbola escoltada por los famosos niños gritones de la Lotería Nacional.
Cooperando, sin presiones
Durante la conferencia matutina de este jueves, el titular del Ejecutivo celebró la reunión sostenida con algunos de los miembros más importantes del sector privado en México.
Hubo una manifestación de respaldo a la decisión que se tomó de rifar el avión presidencial
Andrés Manuel López Obrador
Después de agradecer la respuesta a la convocatoria dijo, con orgullo, que no hubo desaires.
Explicó que durante la cena se expuso a los asistentes que el dinero que se obtenga para la rifa, que alude al avión sin vender el mismo, se utilizará para comprar equipo médico para una basta red de hospitales públicos.
El mandatario firmó que lograron pactos de compra con 75 empresarios por la dispersión de boletos por la mitad de los 3,000 millones de pesos que esperaban vender.
Ayer hubieron compromisos por 1,500 millones de pesos
Aseguró haber insistido a los empresarios que no había una presión por realizar alguna aportación.
“Les insistí que no había que sentirse mal si alguien no quería participar”, dijo.
No obstante, se habló de beneficios fiscales como la deducción de impuestos para aquellos que se anotaran asegurar la venta de los boletos de la rifa.