Enerall, empresa fundada en 2007 por el actual jefe de la oficina de la Presidencia de México, Alfonso Romo, tiene concesiones para explotar la mayor cantidad de agua subterránea para uso agrícola en la Península de Yucatán, actividad que ha resultado en afectaciones ambientales.
Mediante un esquema de acumulación de territorio con el que reunió casi 15,000 hectáreas, la organización es ya la mayor explotadora de la Península de Yucatán y la tercera en todo el país, revela una investigación periodística realizada por los periodistas Janet Cacelín, Alejandro Melgoza y Sergio Rincón, que a su vez fue difundida por Connectas, Aristegui Noticias, la Revista Proceso, Ruido en la Red, Univisión, Vice en español y el International Center of Journalists.
Durante su expansión, Enerall afectó la vegetación y la fauna, además de ser investigada por la Profepa en 2018 por destruir un cenote sin contar con la autorización correspondiente. Sin embargo, la investigación del caso se saldó con una multa y sin que se remitiera el expediente para una averiguación penal, señala el reportaje.
El cenote, de 5,500 metros cuadrados ubicado en la localidad de Tizimín, fue tapado con tierra, rocas y despalme y convertido en fango, a pesar de que Enerall había aceptado preservar los cuerpos de agua.
El objetivo de la empresa fundada por Alfonso Romo es convertir los terrenos pedregosos de la zona en fértiles, extrayendo agua del subsuelo para regar las tierras durante 270 días al año, explica la investigación periodística.
El agua del acuífero explotado por Enerall es uno de los más importantes de la zona, aunque en la última década ha visto desplomarse en 46% su disponibilidad media anual, lo que ha afectado a los productores mayas, quienes padecen registros históricos de sequía extrema, de acuerdo con datos rescatados de Conagua.
Las operaciones de la compañía también acabaron con la población de la tortuga caja amarilla, una especie endémica de Yucatán, sujeta a protección especial por la vulnerabilidad de sus poblaciones, así como a la tortuga mojina, catalogada como “amenazada” por la Semarnat.
La investigación de la Profepa comenzó cuando Romo era el coordinador de la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador, lapso en el que el ahora encargado de la oficina del gabinete lideraba el Grupo Plenus, del cual Enerall es subsidiaria. Dejó ese cargo en noviembre de 2018, pero la propiedad de la empresa sigue en manos de su familia, subraya el reportaje.
Romo también fue el principal inversionista de la empresa estadounidense Synthetic Genomics, una firma dedicada a la biología sintética, además de fundar Séminis, una compañía que después fue adquirida por Monsanto, una de las principales fabricantes de semillas transgénicas, detalla el texto.
El funcionario, quien asentó las bases económicas del proyecto de nación de López Obrador que contempla proyectos como el Tren Maya, fue señalado por el otrora secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa, de intentar infiltrar las secretarías económicas con funcionarios afines a sus intereses de negocios, algo que Romo negó.