Si eres entusiasta de las posadas y del ponche ‘con piquete’ antes de tomar el volante, seguramente estás familiarizado con ‘El Torito’.
Cada diciembre, este Centro de Sanciones Administrativas y de Integración Social de la Ciudad de México se llena de conductores pasados de copas que terminaron su noche de fiesta decembrina tras las rejas… e incluso hay quienes celebran ahí Navidad o Año Nuevo.
Es tal la afluencia de infractores en estas fechas que el centro de arresto incluso cuenta con un menú especial para la temporada. Este año, prepararán pierna en salsa de tamarindo, puré de papa y ponche para los detenidos.
‘El Torito’, que comenzó sus operaciones en octubre de 1958, ha cobrado fama entre los habitantes de la Ciudad de México a raíz de la implementación del alcoholímetro. Sin embargo, esta no es la única razón por la que alguien puede terminar preso ahí.
Las principales causas de ingreso a este centro de sanciones administrativas son ingerir bebidas alcohólicas en lugares públicos no autorizados, conducir alcoholizado, estorbar en la vía pública y por desacato a mandatos judiciales, de acuerdo con el Gobierno de la Ciudad de México.
Sus instalaciones tienen capacidad para albergar hasta a 124 personas al mismo tiempo – sin contar personal de vigilancia –.
¿Por qué se llama ‘El Torito’?
Estas instalaciones de arresto adquirieron su mote desde antes de ser inauguradas por el presidente Adolfo Ruiz Cortines, cuando en el terreno funcionaba un rastro.
Los habitantes de la zona conocieron el lugar como ‘El Torito’ por esa particularidad, aunque también le conocían como ‘El Piojito’, debido a su cercanía con el mercado de la colonia Huichapan.
Estas instalaciones están en la Alcaldía Miguel Hidalgo.
Y si me llevan al ‘Torito’… ¿qué pasa?
Aunque lo ideal es no conducir bajo influjo del alcohol, ni cometer alguna de las faltas cívicas que hacen a alguien acreedor del arresto, si caes en ‘El Torito’ debes saber algunas cosas.
La primera: las personas remitidas a estas instalaciones solo permanecen en ellas un máximo de 36 horas.
En ese tiempo, los detenidos pasan por un proceso de asistencia médica, de trabajo social, psicología y pedagogía, a fin de entender las causas que los llevaron a cometer una infracción.
“Se procede a crearles conciencia sobre la problemática que presentan y se les orienta, canaliza o refiere a cualquiera de las instituciones en índole puedan recibir la atención profesional que requieren”, de acuerdo con el gobierno capitalino.
Durante el arresto, también se dan pláticas y se desarrollan programas para prevenir el alcoholismo y la farmacodependencia.
Entre diciembre de 2018 y septiembre de 2019, casi 9,000 conductores fueron ingresados al ‘Torito’ por rebasar los límites de alcohol permitidos. De estos, más de 8,000 son hombres y casi 900, mujeres, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.