El primer mes de la 64 legislatura transcurrió entre dimes y diretes, el descongelamiento de polémicas iniciativas, negociaciones políticas controvertidas y un ambiente que marca la nueva era con Morena como mayoría.
El corte de caja deja hasta el momento cerca de 90 iniciativas presentadas en el Senado así como unas 120 en la Cámara de Diputados, además del impulso de viejos acuerdos que de manera exprés, pese a que cuentan con desfases de tiempo y sin actualizar.
Para el politólogo Fernando Dworak, el Movimiento de Regeneración Nacional inició la nueva legislatura con una iniciativa que es un golpe de espectáculo: la reforma a la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos en la que se establece que ningún funcionario público puede ganar más que el presidente.
La reforma a esta ley se anunció con bombo y platillo porque fue una de las promesas de campaña de Andrés Manuel López Obrador, aunque no tomó en cuenta la iniciativa que estaba en el congelador desde 2011.
Otro caso similar fue el de la ratificación del Convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre la libertad sindical. Este acuerdo ya había sido turnado por la Presidencia de la República en 2015 e impulsado por legisladores de Morena, aunque otros sectores como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la CTM, a través de su líder Carlos Aceves, actual senador, consideraron que se debió ampliar su discusión antes de ser aprobado.
El presidente del CCE, Juan Pablo Castañón, anunció que acudirán ante la OIT para presentar una queja en contra del Senado por no ser consultados en el aval del acuerdo.
La polémica en comisiones
El inicio de la conformación de las comisiones legislativas en el Congreso de la Unión también ha generado polémica por los nombramientos de sus titulares.
En los últimos días comenzó el cabildeo político para decidir a qué partidos políticos les tocará tal o cual comisión, dependiendo de la representación que tienen. La principal polémica se centró en el Partido Encuentro Social.
Al grupo político que fue aliado de Andrés Manuel López Obrador en la elección presidencial se le asignó las comisiones de Salud, Cultura y Cinematografía y la Jurisdiccional en San Lázaro.
La polémica surge porque al partido en proceso de perder el registro lo rigen principios que se inclinan hacia el no al aborto, un tema que muy probablemente se discutirá en la comisión que encabezará. Ante las duras críticas de sectores culturales y sociales los morenistas rectificaron la decisión y se las quitaron.
Otra controversia surge del otorgamiento al Partido Verde Ecologista –un nuevo aliado de Morena– de la comisión de Medio Ambiente, Sustentabilidad, Cambio Climático y Recursos Naturales.
Fernando Dworak, experto en temas legislativos, considera que hay una sobrevaloración en el tema de las comisiones, pues aún cuando un partido con poca presencia como el PES encabece comisiones, Morena cuenta con la fuerza suficiente en la Junta de Coordinación Política para dominar lo que ocurra.
El presidente de Comisión tiene cierto poder de detener algunas iniciativas, pero si la Junta de Coordinación Política tiene una línea para impulsar temas, se va a tener que doblegar
Fernando Dworak, politólogo
Un informe de la consultora Integralia expone que las comisiones en la legislatura anterior fueron “deficientes, abultadas y burocratizadas”. En total hubo 187 entre ordinarias, especiales y bicamerales.
Incluso se ubica a México en el top 3 de países con más comisiones, en la cámara alta con 64 solo detrás de Nigeria con 68 y en la baja con 56 detrás de la nación africana con 96 y Filipinas con 58.
Dworak recuerda que en ese tema la recomendación internacional es que se deben tener tantas comisiones como secretarías de estado, por lo que considera que en principio es buena la iniciativa de Morena de reducir su número, ya que una mayor cantidad implica que se traslapen atribuciones. “El Congreso podría actuar muy bien con 25 comisiones en cada cámara”, concluye.
Más iniciativas no significan más trabajo
El primer mes de la 64 legislatura se fue con decenas de iniciativas presentadas por diputados y senadores, en lo que pareciera una activa dinámica legislativa.
Por ejemplo, en el primer mes del actual congreso, los legisladores en la Cámara Alta presentaron 93 y un total de 122 en la Cámara Baja. En comparación, el primer mes de la legislatura que inició en septiembre de 2015, se propusieron 24 y 104, respectivamente, mientras que la que arrancó en septiembre de 2012, fueron 19 y 95.
El informe de Integralia revela que en la legislatura 63, en la Cámara de Diputados fueron presentadas un total de 6 mil 186 iniciativas, pero sólo se aprobaron 804, un 13%, mientras en el Senado hubo mil 953 de las cuales 95 avanzaron, es decir un 5%.
En la 62 legislatura, en San Lázaro hubo 3 mil 494 iniciativas de las cuales 489 vieron la luz verde, es decir un 14%; en el Senado se presentaron mil 871, de las cuales 279 se aprobaron, lo que representa un 15%.
“Muchas iniciativas no es un indicador de desempeño”, expuso Dworak, quien ve ahí más un tema que aprovechan los legisladores para posicionarse.
Al Congreso hay que verlo como la lucha libre, es decir, en el pleno vuelan sillas, se gritan, se dicen cosas, pero las decisiones se toman en las comisiones que apenas comienzan a conformarse
Fernando Dworak, experto en temas legislativos