La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) dio a conocer el dictamen del accidente del Embraer 190 de Aeroméxico que cayó durante su despegue en Durango hace más de seis meses. 

El reporte, además de dar luz sobre lo que ocurrió con la aeronave que llevaba más de 100 personas a bordo podría ser un parteaguas para cambiar las normas de aviación de México y el mundo, según José Ángel Mauricio Rodríguez Aguilera, vocero de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA).

“El accidente en Durango cambia la forma de operar, modificando las condiciones que deben de ser tomadas en cuenta para prevenir un accidente de aviación”, dice el funcionario sindical.

El reporte de la caída de la aeronave señala que la causa probable del siniestro fue un cambio de dirección o velocidad del viento – windshear – que ocasionó una “pérdida de velocidad y sustentación” en el avión.

Accidente aparatoso, pero sin víctimas fatales

La tarde del 31 de julio del 2018 el avión Embraer 190 con matrícula XA-GAL que se dirigía a la Ciudad de México intentó despegar en el aeropuerto de Durango.

Tras conseguir una altura de 30 pies sobre la pista de la base aérea, comenzó a descender y perdió velocidad hasta que “sonaron las alarmas de windshear”, según el relato de la tripulación que recoge el dictamen.

La nave impactó a unos 400 metros del umbral de la pista, lo que desató un incendio que consumió la cabina de pasajeros y de pilotos. No hubo víctimas fatales.

De las 103 personas que volaban en el XA-GAL, contando a los cinco elementos de la tripulación, 14 resultaron con heridas graves y 25 con daños menores, mientras que las otras 64 salieron ilesas, de acuerdo con el informe elaborado por la Comisión Investigadora y Dictaminadora de Accidentes e Incidentes de Aviación (CIDAIA) de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y la SCT.

Además de las afectaciones humanas y la pérdida de la aeronave, el informe reportó que la pista resultó con daños y derribados nueve luces de borde de pista, aunque no hubo “daño al medio ambiente ni fauna”.

Anomalías reportadas

Aunque el reporte final descarta que el accidente haya sido ocasionado por una falla humana o alguna deficiencia técnica de la nave, detalla que sí encontró algunos “factores contribuyentes” por parte de los miembros de la tripulación.

La CIDAIA informa que gracias a las evidencias que quedaron grabadas y a los testimonios de los tripulantes, pudo establecer que el comandante del vuelo realizó tareas de instrucción y le asignó funciones de “piloto volando” a un piloto no certificado ni autorizado.

El tripulante al que se le asignaron dichas funciones viajaba como “tripulante viajando en cabina” (TVC), una prestación que otorgan las aerolíneas a sus pilotos. Esta condición les permite a los pilotos acercarse a sus lugares de trabajo cuando se encuentran en el aire.

Pero la prestación, explica Rodríguez Aguilera, tiene algunas condiciones. Entre ellas destaca que quien la utiliza no puede participar en las operaciones del vuelo. Sin embargo, el informe de la CIDAIA asegura que el TVC tomó el control del vuelo “hasta ocho segundos” antes de la caída.

También se detectaron fallas en la detección de variaciones en los indicadores de velocidad del aire durante la carrera de despegue, así como falta de adherencia a los procedimientos de la cabina y los procedimientos operativos estériles, es decir, operaciones que se deben llevar a cabo en completo silencio.

Por ello, la autoridad aeronáutica incluye en el informe 24 recomendaciones sobre los procedimientos de seguridad en cabina, de adiestramiento de pilotos, de apego a los reglamentos de aviación, de organización del personal de tráfico aéreo y de detección de riesgos meteorológicos, entre otros.

“A partir de la publicación de este dictamen las autoridades y aerolíneas se abocan a la resolución de las recomendaciones y a ponerlas en los manuales de operación de observancia obligatoria”, dice el capitán Aguilera.

Sanciones a la vista

El 10 de septiembre, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) emitió la circular obligatoria CO AV/55-18, en la cual establece los procedimientos que deberán llevar a cabo las aerolíneas para que en la cabina de pilotos “solo viaje personal autorizado”.

En el punto cinco del documento se especifica que violar esos procedimientos ameritarán sanciones previstas en los artículos 88, 89 y 92 de la Ley de Aviación Civil, las cuales van de 200 a 5,000 Unidades de Medida y Actualización (UMAs), o entre 17,898 y 422,450 pesos, de acuerdo con el valor de la unidad para este año según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Hasta el momento esa es la única modificación oficial por parte de las autoridades, pero de acuerdo con un exfuncionario de la DGAC que dejó de laborar en la organización a finales de diciembre y que prefirió omitir su nombre para este texto, se espera que el dictamen sobre el accidente en Durango motive un nuevo paquete de medidas preventivas.

Miguel Ángel Valero Chávez, experto en seguridad aeronáutica dice que el DGAC debe modificar las normas de aviación mexicanas conforme a las experiencias que se viven en el país, así como en la industria global.

“Si en las investigaciones de un accidente hay hallazgos que la autoridad aeronáutica considera que se deben valorar, entonces emite una circular para modificar la normatividad y mejorar lo que se considera que es poco seguro”, explica el entrevistado. Agrega que el DGAC no es una entidad que busque judicializar los casos, sino que su principal función es prevenir que se repitan en el futuro.

Un mes después del accidente de Durango, Aeroméxico despidió a los tres pilotos que iban a bordo del Embraer 190, tras hacerse público que la conducta de los mismos durante el vuelo no se llevó a cabo “conforme a los protocolos establecidos”. Así lo informó la aerolínea en una carta enviada a sus empleados el 6 de septiembre de 2018.

“Este tipo de comportamiento es inaceptable y no vamos a tolerar, por ningún motivo que la conducta de estas personas ponga en riesgo la confianza que nos brindan más de 20 millones de clientes alrededor del mundo y el sostén de nuestras 16,000 familias”, dice el documento firmado por el director general de la compañía, Andrés Conesa.

Aeroméxico confirmó a EL CEO que su equipo legal no ha sido notificado sobre alguna penalización, aunque asegura que desde la investigación del accidente arrojó los primeros resultados, han trabajado en atender las recomendaciones de seguridad que ha recibido por parte de la autoridad aeronáutica.

“La prestación de TVC ya cambió en Aeroméxico. Ahora los pilotos pueden hacer uso de ella, pero viajando en la cabina de pasajeros, no en la de pilotos”, afirma Rodríguez Aguilera.

EL CEO buscó a otras aerolíneas nacionales para saber si contemplan modificar sus operaciones tras la publicación del dictamen pero hasta el momento no ha obtenido respuesta.