Luego de 26 años como uno de los líderes sindicales más poderosos del país, Carlos Romero Deschamps renunció a su cargo como secretario general de los trabajadores petroleros.
La renuncia del dirigente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) se dio luego de meses de tensiones con el gobierno federal y en medio de un proceso de investigación por las denuncias presentadas en su contra en la Fiscalía General de la República (FGR).
“En este caso, hay denuncias presentadas ante la Fiscalía […] Todo lo que nos llega se tramita, se le da curso, y hay denuncias en la Fiscalía General de la República. Si él toma la decisión de dejar el sindicato para atender estos asuntos está en su derecho, nosotros no nos vamos a meter”, dijo este martes el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia matutina.
El mandatario aseguró que su gobierno no interferirá con la designación de su sucesor.
Manuel Limón se perfila como sucesor de Carlos Romero Deschamps en el sindicato petrolero
Tensiones y distanciamiento
La renuncia de Romero Deschamps llega luego de meses de tensiones con el gobierno de López Obrador.
Desde que era candidato presidencial, el actual mandatario prometió recuperar la industria petrolera y terminar con los “cacicazgos” en el sindicato, en alusión a quien ha sido líder petrolero desde 1993. Ese discurso lo mantuvo durante el periodo de transición presidencial.
El 2 de diciembre, un día después de convertirse en presidente constitucional, López Obrador dijo a los trabajadores de Petróleos Mexicanos que no habría líderes sindicales apoyados por el gobierno y se comprometió a promover el derecho de los trabajadores para elegir a sus representantes.
En enero, horas antes de la presentación presidencial sobre la estrategia para combatir el robo de hidrocarburos, se rumoró la detención de Romero Deschamps, que resultó ser falsa.
En febrero, el movimiento Petroleros Activos en Evolución por un México Nuevo acudió a las instalaciones de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) para presentar pruebas contra el líder del STPRM.
Las acusaciones pretendían dar seguimiento a la denuncia presentada por este grupo en octubre de 2016 -y a la que no se le dio seguimiento oportuno-, consideró el movimiento.
Arturo Flores Contreras, líder nacional de Petroleros Activos en Evolución por un México, refirió también venta de plazas, cobro de cuotas ilegales, evasión fiscal, defraudación fiscal y despojo de propiedades.
El presidente López Obrador no invitó al líder petrolero a su celebración de la expropiación petrolera al mes siguiente. Eso desató rumores sobre la salida de Deschamps del país.
En julio se dieron dos nuevos puntos de fricción entre el gobierno federal y Romero Deschamps.
El primero fue la detención de su abogado, Juan Collado, por su probable responsabilidad en el delito de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita. La detención ocurrió durante una comida entre Collado y el petrolero, en la Ciudad de México.
El segundo ocurrió en medio de las negociaciones del contrato colectivo de trabajo de Petróleos Mexicanos 2019-2021.
“Actualmente se está haciendo la revisión del contrato colectivo de Pemex con el sindicato y la indicación que le he dado al director de Pemex es que se ajuste a lo legal, ningún privilegio para dirigentes”, dijo el presidente López Obrador en su conferencia matutina.
Una semana después, las negociaciones lograron un aumento salarial de 3.37%para los trabajadores de la petrolera y de 1.8% en sus prestaciones.
Acusaciones acumuladas
Romero Deschamps ha sido denunciado en diversas ocasiones de ser responsable de actos de corrupción por organizaciones como la Alianza Nacional Democrática de Trabajadores Petroleros, la Gran Alianza Nacional Petrolera, la Unión Nacional para el Desarrollo Social de Trabajadores de la Industria Petrolera y el movimiento Petroleros Activos en Evolución por un Nuevo México.
En ningún caso prosperaron.
En 2001, su nombre también estuvo involucrado en el millonario desvío de fondos del sindicato petrolero hacia la campaña de Francisco Labastida Ochoa, el candidato priísta que contendió contra Vicente Fox en las elecciones presidenciales del 2000.
En esa ocasión, Romero Deschamps siguió un proceso legal por su presunta responsabilidad en la entrega de 1,500 millones de pesos del STPRM al Partido Revolucionario Institucional (PRI), aunque el caso se dio por expirado debido a que la ahora extinta Procuraduría General de la República no aportó pruebas en su contra.