La asistencia estadounidense al sistema penitenciario mexicano ha hecho poco para mejorar las condiciones al interior de los penales, y la situación difícilmente cambiará en un futuro, pues se requieren de políticas complementarias que ataquen áreas problemáticas específicas.

ACA (American Correctional Association) es una organización dedicada a la gestión de procesos y que cuenta con recomendaciones homologadas. Es decir, dará los mismos lineamientos a Afganistán o a cualquier país de África. Los resultados de este tipo de toolkits varían dependiendo las realidades donde sean aplicados: pueden dar buenos resultados o sólo generar cambios marginales.

Vianney Fernández, Investigadora, World Justice Project

La experta explicó que las recomendaciones de ACA pueden resolver algunos temas puntuales, pero es necesario también prestar atención a otras herramientas como las recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos o del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

Fernández incluso reveló que las recomendaciones de la CNDH se han mantenido prácticamente idénticas en los últimos años, debido a la inacción del gobierno mexicano.

La American Correctional Association ha estado involucrada con el sistema penitenciario mexicano desde mediados del sexenio de Calderón, y su influencia principal ha sido la mejora de las instalaciones y el acceso a servicios básicos.

Sin embargo, la herramienta de gestión de procesos de ACA no está enfocada en resultados, lo que merma sus efectos.

Luis Guillermo Hernández, autor del artículo de Aristegui Noticias que reveló la licitación pendiente en Estados Unidos, explicó que aún no se han dado a conocer los resultados de esta, la cual nombrará al nuevo mandamás del Programa de Reforma Correccional (nombre oficial de la sección de la Iniciativa Mérida dedicada al sistema penitenciario), y que tampoco es público el nombre de su actual director.

La justificación para el gobierno estadounidense es el de “velar por los intereses de Estados Unidos”. Ésta es también la justificación del Plan Mérida: realizar acciones para disminuir el tráfico de droga de México a Estados Unidos.

Lo que están haciendo es adecuar el sistema carcelario mexicano para que no tenga problemas que le puedan revertir a Estados Unidos. Es un asunto de ‘te cuido para que no me pegues’, o para que no me contagies. Ese ha sido un asunto muy claro desde el principio.

Luis Guillermo Hernández, periodista

De acuerdo con un reportaje del Washington Post, el programa de reforma se ha concentrado en un porcentaje muy pequeño de penales, los cuales son elegidos dependiendo de la incidencia de presos por crímenes contra la salud. Este acercamiento está enfocado en la obtención de información para la inteligencia estadounidense.

Vianney Fernández cree también que uno de los retos principales de la mejora al sistema penitenciario es que se trata de una política poco popular entre la sociedad mexicana.

Las razones para no intervenir pueden ser encuadradas en cumplir con una petición del público. Es más popular salir a la calle a penalizar un secuestro que defender la postura de ‘sí, se cometió un secuestro, pero [el imputado] no debería ser torturado para sacar una declaración ministerial’. La ley es muy clara con su principio de reinserción social, pero la discusión se mueve más hacia el tema de la venganza.

Vianney Fernández, Investigadora, World Justice Project

La cantidad de presos en hacinamiento ha disminuido en los últimos años, por lo que se trata de un momento ideal para realizar cambios de fondo al sistema penitenciario, sin embargo, el cambio en el timón del programa estadounidense difícilmente cambiará su metodología y, por lo tanto, sus resultados.