En temporada de elecciones, el Instituto Nacional Electoral (INE) también enfrenta la tarea de manejar efectivamente la comunicación social; sin embargo, cuentan que para varios reporteros, medios de comunicación y políticos ya es nula la credibilidad de ese departamento, presenta problemas profundos que pueden afectar el proceso electoral actual.
Esto se debe principalmente a lo ocurrido en los dos debates presidenciales, a los que han asistido tanto Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Maynez.
El primer debate presidencial presentó problemas técnicos como un mal funcionamiento del cronómetro y que no solo interrumpió el flujo del evento, sino que también minaron la percepción de competencia y eficacia del INE.
Sin embargo, fue durante el segundo debate donde las dificultades alcanzaron un punto crítico, especialmente en lo que respecta al trato a la prensa.
Los reporteros se encontraron sin acceso a internet ni señal telefónica, complicaciones que culminaron en un acto de protesta, con el portazo, por la falta de condiciones adecuadas para realizar su trabajo.
El colmo de estas incidencias también se manifestó cuando, al final del evento, numerosos periodistas fueron dejados a su suerte sin transporte adecuado, pese a las restricciones de movilidad impuestas por la logística del evento.
Este no es un incidente aislado. Hace mucho tiempo, el equipo de comunicación del INE confinó a los reporteros en una sala de prensa durante una reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO), impidiéndoles realizar entrevistas.
Estos incidentes, que podrían parecer menores en el gran esquema de la administración electoral, son en realidad reflejos de una problemática mayor: una gestión deficiente en la comunicación y logística.
El papel del INE debería ser el de facilitador de un proceso electoral transparente y accesible, no sólo para los votantes, sino también para quienes tienen la tarea de informar al público.
A medida que se acerca el tercer debate presidencial, la comunidad periodística augura una mala organización influido por los temas en los que se centrará la reunión: inseguridad, crimen organizado, drogas.
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