De acuerdo con el indicador oportuno del INEGI, la economía mexicana superó ligeramente las expectativas en el segundo trimestre. Con estos datos, es de esperarse que en las siguientes semanas se publiquen ajustes al alza en las estimaciones para todo el 2022 del PIB de México, aunque el panorama sigue siendo de alta incertidumbre y múltiples riesgos.

El problema es que aún con esta marginal sorpresa positiva, el crecimiento es modesto, muy cerca del umbral de mediocre. Para nada es una buena noticia. 

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Los economistas y analistas nos la pasamos discutiendo por pronósticos que básicamente difieren en decimales. Esto es, algunos piensan que en 2022 el PIB se expandirá 1.8%, otros, 1.6%, algunos 2.0% y en el mejor de los casos se encuentra el FMI con su 2.4%. en términos generales.

En algún momento, un secretario del Tesoro estadounidense comentó que “a veces piensa que los economistas usan puntos decimales en sus pronósticos para demostrar que tienen sentido del humor”. En este sentido, no hace gran diferencia crecer a ritmos de cualquier tasa que comprenda el rango de 1.4% – 2.0%.

En cualquier caso, la cifra reportada no cumple con los requerimientos del país, sobre todo porque todavía no se alcanzan los niveles previos a la pandemia.

Resto del 2022, ante un panorama más incierto

Hacia la segunda mitad del año, el panorama es más incierto y con múltiples riesgos. En un escenario global de alzas de tasas de interés y de altos niveles de inflación, los componentes de la demanda agregada como consumo e inversión se ven amenazados. 

Es altamente probable que este año México pueda evitar una recesión. Para el periodo julio-diciembre, a las métricas del PIB le favorecerán, por un lado, un favorable efecto estadístico de comparación, ya que en el mismo periodo del año previo la economía entró en una fase de desaceleración por la variante delta de COVID-19 y los cambios a la ley de outsourcing. 

Y por otro, a pesar de las dudas sobre la economía estadounidense, es probable que el consumo de ese país se mantenga en terreno positivo la mayor parte del año, lo que seguirá favoreciendo las compras de todo tipo de bienes, incluido los importados.

Nearshoring, clave para el crecimiento

Ahí, México juega un papel importante, porque es un proveedor garante y certificado para el mercado estadounidense. 

Además, las ventas al exterior de México se ven beneficiadas del reacomodo de las cadenas de suministro globales, esto es, buscar sacar ventaja de la práctica del nearshoring, lo que contribuiría a mantener una participación importante como socio de nuestro vecino en América del Norte. 

Así, es factible que México alcance un crecimiento cercano al 2.0% en todo 2022. Aunque el fantasma de recesión recorre y es la novedad en el mundo, en México llevamos por lo menos tres décadas dentro de una agónica trampa de bajo crecimiento. 

Del lado de riesgos externos no se puede hacer mucho, por lo que internamente es necesario tener condiciones idóneas para los negocios en nuestro país.

Lo más fácil, y a la vez lo que actualmente suena más complicado de realizar, es empezar con una serie de políticas públicas y decisiones en materia económica que hagan valer el respeto al Estado de derecho, así como el cumplimiento irrestricto de los contratos, para generar un entorno de confianza para la inversión. 

*James Salazar Salinas es subdirector de análisis económico de CI Banco. Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor.