Nota del editor: Este texto es responsabilidad del autor.

Por Jaime Martínez Bowness*

El trading financiero es una disciplina apasionante que se ha hecho cada vez más popular en los últimos años. Pero, a pesar de la imagen adrenalínica que se tiene de los operadores financieros en películas y series de televisión, el oficio no se reduce a buscar ganar dinero rápido. 

Por el contrario, el trading requiere un profundo conocimiento de los mercados empresariales y financieros, el cambio tecnológico, la regulación y la política, el medio ambiente, la demografía, así como de un sorprendente grado de autocontrol o “sangre fría” en sus participantes. 

Por eso, aunque no existe un consenso entre las escuelas de negocios sobre la inclusión del trading en la educación financiera, no cabe duda de que la profesión implica una alfabetización muy valiosa en el comportamiento de los mercados financieros, los instrumentos cada vez más sofisticados que empleamos en ellos, la gestión del riesgo y las tendencias de numerosos sectores de la economía y las empresas que compiten en ellos. Como me dijo una vez un banquero veterano: “No hay buen trader que sea inculto”. 

No obstante, en los últimos años la especulación en los mercados financieros se ha hecho más accesible al público en general gracias a las plataformas en línea de, a veces riesgosamente, fácil uso. 

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Para estos usuarios principiantes, así como para los expertos hay múltiples tipos de trading financiero, cada uno con sus características y riesgos. 

El day trading, por ejemplo, consiste en comprar y vender activos financieros en un solo día, todo “en caliente”. 

La negociación de posiciones, por otra parte, implica mantener una posición durante un periodo de tiempo más largo, que puede ser de días, semanas o incluso meses. 

Otros tipos de trading involucran la compraventa de divisas, materias primas, índices, opciones y criptomonedas (“inversiones alternativas”, como ahora les llamamos). 

Integración de la IA

Dada la complejidad y relevancia de la disciplina, ¿qué impacto está teniendo la inteligencia artificial en ella? Sin duda se están utilizando cada vez más herramientas de IA para analizar datos de mercado, tomar decisiones de inversión y predecir el comportamiento de los precios. 

Estas herramientas ayudan a los operadores a hacer su trabajo mejor y más rápido, pero también están planteando preguntas sobre el futuro del trading financiero: ¿sustituirán la tecnología y la IA a los operadores de carne y hueso? 

Para tranquilidad de muchos, aunque la IA está cambiando el trading de varias maneras, no sustituirá en el futuro previsible al factor humano. Las herramientas de IA pueden analizar grandes cantidades de datos e identificar tendencias, pero no pueden replicar la intuición, la capacidad inigualada de la mente humana para reconocer patrones y “constelar” entre factores económicos, culturales, políticos y hasta ambientales para llegar a lecturas casi premonitorias de la realidad. 

Por otro lado, las herramientas de IA aún se ven rebasadas (como también los humanos) por acontecimientos estadísticamente improbables o “cisnes negros”, que pese a todo, no escapan del ojo avizor de algunos analistas.

Abundan ejemplos de esto último. En 2016 el Reino Unido celebró un referéndum para decidir si abandonaba la Unión Europea –el ya famoso “Brexit”–, donde si bien la mayoría de las encuestas pronosticaban la permanencia del Reino Unido en el pacto continental, algunos traders anticiparon el voto a favor de la salida, y realizaron operaciones increíblemente rentables. 

Ese mismo año, el gobierno indio anunció una repentina política de desmonetización, que invalidó algunos billetes y desató el caos en el mercado. Sin embargo, hubo operadores que se anticiparon a esta medida y realizaron operaciones sumamente rentables vendiendo en corto la bolsa india. 

En el frente ambiental, los traders también han sido capaces de anticiparse a sucesos improbables. Los lectores recordarán cuando en 2005 el huracán Katrina devastó Nueva Orleans y tuvo un impacto significativo en la industria del petróleo y el gas. 

Algunos operadores se anticiparon –haciéndole caso a advertencias que el propio gobierno estadounidense ignoró– y realizaron operaciones rentables vendiendo en corto las acciones de empresas energéticas que resultaron después afectadas. 

El trading premia a aquellos observadores y analistas capaces de detectar anomalías, “leer” las tendencias latentes y responder rápidamente a los acontecimientos.

Por todo lo anterior, el trading es una gran “escuela” para otras profesiones del mundo empresarial, donde el análisis de datos, la familiaridad con la macroeconomía y la toma de decisiones acertadas –que combinan la experiencia, pero también la intuición– son críticas. 

Potentes como son, las herramientas de IA están aún muy lejos de poder sustituir este catálogo de habilidades. Y mientras ello no ocurra, el trading financiero seguirá siendo un excelente semillero de habilidades para profesionistas que deseen dar forma al futuro de la economía global y las organizaciones. 

*Decano Regional de la Escuela de Negocios, Ciudad de México, Tecnológico de Monterrey

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