En lo que va de 2022, el peso se ha apreciado 3.4% y la volatilidad del tipo de cambio ha sido la menor desde 2019. La paridad ha oscilado entre un máximo de 21.47 pesos el dólar, registrado el 08 de marzo y un mínimo de 19.73 pesos el dólar, del 30 del mismo mes, lo que implica un rango de 1.74 pesos. 

En 2020 esta diferencia fue notablemente superior, de 7.23 pesos el dólar, mientras que en 2021 se redujo a 2.09 pesos, en el mismo lapso. 

No dejes de leer: La estanflación implica una tormenta perfecta 

Los principales eventos que podrían propiciar movimientos más abruptos del tipo de cambio en los próximos meses son, al alza: 

  • La aparición de nuevas variantes de COVID-19, 
  • Una normalización acelerada de la política monetaria por parte de la Reserva Federal; y
  • Sanciones al sector energético de Rusia por su invasión a Ucrania. 

A la baja: 

  • Subidas de la tasa de interés de referencia de Banco de México;
  • Incremento de las remesas; y, 
  • Expansión económica de Estados Unidos que propicie mayores exportaciones.

Nuevas variantes, el principal riesgo

Sobre los factores que podrían inducir un alza, en primer lugar, no se descarta la aparición de nuevas variantes de Sars-Cov-2 que genere una desaceleración económica, pues, según expertos, hasta que no se alcance la inmunidad de rebaño mundial, este riesgo persistirá. 

De acuerdo con cifras de Bloomberg, la tasa de vacunación actual es de 13 millones 854,118 dosis por día, lo que incluye a 2 millones 786,449 personas que reciben su primera vacuna. A este ritmo, pasarán otros 10 meses hasta que el 75% de la población mundial haya recibido al menos una dosis.

Una alza más agresiva moverá mercados

En segunda parte, aunque la Reserva Federal incrementó la tasa de los fondos federales en su reunión de marzo, por primera vez en tres años, no hubo sobresaltos en los mercados gracias a que el movimiento empezó a descontarse desde septiembre del año pasado. 

Con este fin, en las últimas semanas los funcionarios del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) han ido preparando el terreno para una inminente aceleración de la normalización monetaria en EE.UU., al señalar que apoyarán una subida de 50 pb de la tasa y una reducción mensual de 95,000 millones del balance del banco central. 

Si bien hasta el momento la comunicación ha sido clara y ha evitado dar sorpresas, una aceleración más agresiva a la estimada produciría movimientos abruptos de los mercados.

Persisten riesgos por Rusia-Ucrania

Finalmente, derivado de la invasión rusa a Ucrania, los países occidentales han impuesto una serie de sanciones económicas a Rusia. 

Si bien, estas están provocando severas distorsiones en el país euroasiático, hasta el momento se ha evitado poner restricciones al principal sector que une a Rusia con Europa, que es la exportación de productos energéticos. 

Ello ha permitido que los temores sobre un posible desabasto mundial de petróleo y gas natural se hayan atenuado; sin embargo, el riesgo no ha desaparecido.   

¿Banxico actuará al ritmo de la Fed?

Sobre los factores que podrían producir una reducción del tipo de cambio, en primer término, se encuentra la continuación de los incrementos de la tasa de interés interbancaria a un día por parte de Banco de México. 

Si bien, desde junio del año pasado la Junta de Gobierno ha actuado en este sentido, al subirla de 4.00% a 6.50%, los mercados están descontando que en adelante se harán los mismos movimientos que la Fed. Hasta el momento, las subidas han ayudado a frenar la salida de inversión extranjera en valores gubernamentales.

En segundo lugar, la dependencia de la economía de México de los ingresos por remesas provenientes del exterior ha aumentado, pues estos se han convertido en la segunda fuente de entradas de dólares al país, sólo por detrás de las exportaciones no petroleras. Por ello, la estabilidad de la moneda mexicana será apoyada por la continuidad del flujo de estos recursos.

Recuperación en EE.UU., clave para las exportaciones mexicanas

En último lugar, la expansión económica de EE.UU., nuestro principal socio comercial, será vital para que nuestras exportaciones sigan expandiéndose y que ello contribuya con la resistencia del peso.

Por un lado, la apreciación de la moneda tiende a abaratar las importaciones porque su poder adquisitivo aumenta en el exterior. Pero, por el otro, la apreciación también puede hacer que los productos nacionales pierdan competitividad en el mercado internacional, porque su valor aumentó en moneda extranjera, lo que podría desacelerar las exportaciones si es que el país de destino no presenta un fuerte dinamismo económico. 

En las próximas semanas se irá disipando la incertidumbre sobre todos los factores expuestos, pero seguramente surgirán otros. Por lo que es difícil predecir hacia dónde se inclinará la balanza, si será hacia un mayor fortalecimiento de la divisa o hacia un debilitamiento. Por lo pronto, los mercados de futuros apuestan por la primera opción.  

 

Janneth Quiroz Zamora es Economista y Financiera por profesión y pasatiempo. Cuenta con más de 15 años de experiencia analizando la coyuntura mundial y local de los mercados. Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de la autora.