La secretaria de Energía, Rocío Nahle, visitó India una vez más, el lugar donde se encuentra la refinería Jamnagar, que sirvió de inspiración para la que se construye en Dos Bocas, Tabasco.

La visita se da justo al finalizar la etapa de construcción de la plataforma en Tabasco, y el momento podría alinearse con una nueva planeación, pues la construcción no se está dando a la velocidad que la administración prometió, explicaron expertos.

“La idea puede ser ir a reevaluar qué se hizo en la India para regresar a Dos Bocas al camino del bien. Si yo estuviera en su lugar iría a preguntar tres cosas: cómo ajusto la planeación, cómo programo los montajes, y cuánto dinero costó el proyecto de Janmagar realmente”, explicó Bernardo Del Castillo, Health, Safety and Environment, Business Continuity de una empresa global.

El experto señaló que en la construcción de una refinería el avance no es lineal, y que se tienen que tomar en cuenta los procesos de compactación, excavaciones, cimentaciones y soporte. “En realidad son muchas líneas de avance, porque si esperas a terminar la plataforma y no empiezas a excavar te vas a retrasar mucho”.

Estos avances sincronizados ayudaron a que la de Jamnagar se finalizara más pronto que otras obras de esa magnitud, sobre todo por las condiciones al inicio de la obra, que no eran similares a las presentes en Dos Bocas.

“Lo que no se consideró al 100% es que esos 8,000 millones de dólares fueron el presupuesto de una expansión. No es lo mismo construir una casa que añadirle un piso. La expectativa que se trajo está basada en un proyecto con el sitio preparado y los tanques hechos, entonces yo creo que el viaje a la India puede estar motivado por que los costos no dan y las expectativas necesitan corrección”, señaló Adrián Calcaneo, director de midstream y líquidos para IHS Markit.

A pesar de que el presupuesto oficial anunciado para la obra fue de 8,000 millones de dólares, varios analistas del sector consideraron posible que el gasto final haya sido mayor al reportado, lo que también podría pasar en México.

El proceso de compra es uno de los elementos que más puede retrasar la obra, por lo que los expertos se mostraron preocupados por declaraciones de la administración que reportaban que las adquisiciones apenas se habían realizado hace un par de meses.

 

  

 

Equipos como coquizadores y torres de destilación requieren un diseño previo y una solicitud de fabricación a la medida. Tras el proceso de fabricación, se deben realizar pruebas preliminares y se debe tomar en cuenta el tiempo que toman los envíos por barco, además de la logística necesaria para colocarlos en su punto final.

“Para las fechas que ellos han propuesto, lo que tendría que estar hecho ahorita son contratos y órdenes de servicio para la fabricación de equipos mayores. La fabricación de estos equipos toma entre 18 y 22 meses, más tiempos de logística que pueden exceder un mes de traslado, más la integración de los equipos que toma alrededor de 18 meses más”, explicó Erick Sánchez, Business Developer de IHS Markit.

El avance reportado es otro tema complicado. La administración declaró haber superado el 7% de avance en septiembre del año pasado, lo que no puede ser corroborado porque el proyecto no es público. “Si me preguntas a mí lo que tienen es una plataforma”, explicó Del Castillo, quien además resaltó que la inversión reportada por Hacienda también pone en duda dicho avance.

La plataforma, aunque ya se encuentra concluida, todavía no ha pasado su momento más crítico: Dos Bocas se encuentra muy cerca del agua, lo que hace que la plataforma flote, por lo que la cimentación tiene que ser muy pesada. Esta situación puede hacer que los elementos montados sobre ella se muevan y afecten su funcionamiento. Además, si la compactación no es ideal, el montaje puede provocar que la plataforma se hunda.

Otro punto preocupante es que el modelo en 3D que la Sener ha mostrado en distintas conferencias no cuenta con una planta de ciclo combinado para abastecer las necesidades energéticas de los distintos procesos que se llevarán a cabo en Dos Bocas. Estas necesidades podrían ser de alrededor de 2,000 MW, por lo que conectar el complejo a la red eléctrica existente podría poner en riesgo el abasto a zonas como la península de Yucatán, que ya tiene problemas en este sentido.

El cúmulo de problemas existentes no predice un buen futuro para el proyecto de Dos Bocas, pero esto ha sido una crítica desde el principio de la administración, por lo que podríamos estar presenciando el momento en el que la realidad alcance a la Secretaría de Energía.

“Cuando Dos Bocas salió a la luz se invitó a las mejores empresas del mundo y estas dijeron que no. No porque sea imposible, sino porque no se puede hacer en el plazo y precio que la administración quiere. Puedes dar por sentado que no les va a alcanzar el tiempo o no les va a alcanzar el dinero”, señaló Del Castillo.