Víctor Rodríguez Padilla apunta a ser el próximo director general de Petróleos Mexicanos (Pemex) en la administración de Claudia Sheinbaum Pardo. Este posible nombramiento, según analistas consultados por EL CEO, envía el mensaje de que el sector energético mexicano requiere “urgentemente un enfoque despolitizado” para superar los desafíos financieros y operativos que enfrenta.
Los señalamientos sobre que él será el elegido surgen después de que, en los últimos días, tanto reporteros como columnistas aseguraron que en esta penúltima semana de agosto se anunciará al nuevo titular de Pemex.
La expectativa se volvió recurrente en las conferencias de Claudia Sheinbaum, donde se le cuestionó insistentemente sobre el nombramiento.
El 22 de agosto, Sheinbaum confirmó que el nombramiento se hará oficial el 26 de agosto. Paralelamente, fuentes cercanas a la futura administración ya mencionaron, de manera extraoficial, que Rodríguez Padilla es el candidato seleccionado.
Con este nombramiento, se completa un trío de figuras clave en el sector energético bajo la próxima administración de Sheinbaum, quien también presentó a Emilia Esther Calleja Alor como próxima titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a Luz Elena González Escobar como la siguiente secretaria de Energía.
Rodríguez Padilla, el perfil técnico pero con retos
El especialista en energía, Víctor Ramírez Cabrera, sostiene que el posible nombramiento de Rodríguez Padilla podría representar un cambio hacia una mayor tecnificación en Pemex, en contraste con la gestión más politizada de su predecesor, Octavio Romero Oropeza y que durante todo el sexenio mantuvo el respaldo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
“Víctor Rodríguez tiene una visión técnica más profunda que su predecesor. Su conocimiento del sector y su experiencia lo hacen un candidato más capacitado para enfrentar los desafíos operativos de Pemex”, dijo.
Sin embargo, Ramírez también reconoce que este perfil está alineado con la corriente ideológica que llevó a Sheinbaum al poder, con la Cuarta Transformación, lo que plantea dudas sobre si realmente habrá un cambio de fondo en la estrategia energética del país.
“Su nombramiento, más que un giro estratégico, parece ser un intento de complementar el equipo energético con alguien que tenga una comprensión más profunda del sector, pero sin alejarse de la línea política establecida”, comentó.
Este punto de vista resalta la posible continuidad de las políticas de la administración de López Obrador, donde el discurso ideológico predominaron sobre las soluciones prácticas para los problemas estructurales del sector energético.
Por ejemplo, bajo el liderazgo de Oropeza, Pemex no logró resolver los desafíos financieros ni mejorar significativamente su desempeño operativo.
Al contrario, la deuda de la empresa se ha convertido en una bomba de tiempo, y la falta de una estrategia clara para enfrentar los problemas técnicos y financieros ha dejado a Pemex en una situación vulnerable.
El analista del sector, Ramsés Pech, advirtió que, aunque Rodríguez Padilla asuma la dirección general de Pemex, el verdadero desafío residirá en la elección de los directivos.
“El nombramiento de un nuevo director general es relevante, pero lo crucial es quiénes estarán al frente de áreas como Transformación Industrial y Logística”, señaló Pech. “Sin un equipo experimentado que apoye al nuevo director, es poco probable que Pemex pueda salir del atolladero en el que se encuentra”.
Fuentes con conocimiento del tema revelaron a EL CEO cómo se distribuirán las principales posiciones en la compañía:
- Néstor Martínez Romero será el encargado de Pemex Exploración y Producción; anteriormente se desempeñó como comisionado de la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
- Sergio Rosado Flores, economista de la Universidad Autónoma de Yucatán con estudios en Energía del ITAM, estará al frente de Pemex Logística.
- Margarita Pérez Miranda, excoordinadora del PMI, tomará la dirección de Pemex Transformación Industrial (TRI).
Pech dijo que la transformación de Pemex a una empresa estatal no productiva, supervisada más de cerca por la Secretaría de Energía y la Secretaría de Hacienda, limitará la autonomía del nuevo director.
“Rodríguez Padilla no tendrá la misma capacidad de decisión que sus predecesores. Su papel será más de coordinador que de líder independiente, lo que podría dificultar la implementación de cualquier cambio significativo en la estrategia de la empresa”, agrega.
Dentro del paquete de 18 reformas de AMLO enviadas al Congreso, se plantea que dejen de existir las empresas productivas del Estado mexicano.
Incluso, el proceso legislativo ya ha avanzado, con la aprobación del dictamen en la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados.
Se espera que la propuesta sea discutida en el Pleno de la Cámara de Diputados en septiembre, cuando Morena, con su mayoría calificada, tendrá la capacidad de influir decisivamente en la votación.
Claudia Sheinbaum vs Andrés Manuel: ¿Cuáles son las diferencias en el proyecto energético?
El sector energético mexicano ha sido uno de los pilares fundamentales de la administración de AMLO, con un enfoque marcado en el fortalecimiento de las empresas estatales, como Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Aunque Claudia Sheinbaum dijo que su política energética mantendrá la continuidad respecto al rumbo establecido por AMLO, ya se observan matices que sugieren un enfoque ligeramente diferente, según señala Ramírez Cabrera.
Este cambio de enfoque se hace evidente con el reciente nombramiento de Emilia Esther Calleja Alor como la próxima titular de la CFE, quien reemplazará a Manuel Bartlett Díaz.
Con la posible designación de Víctor Rodríguez Padilla como director general de Pemex y la futura directora de la CFE, se vislumbra una clara apuesta por perfiles técnicos y experimentados. Este enfoque representa un contraste notable con la orientación más política y centralizada que caracterizó la administración de López Obrador.
Según Ramírez Cabrera, “la política energética de López Obrador fue un asunto de discurso más que de acción efectiva. Ninguno de los problemas estructurales del sector se resolvieron, y ahora se presentan nuevos desafíos, como la creciente deuda de Pemex y los apagones frecuentes por el incremento en demanda de electricidad”.
Claudia Sheinbaum parece estar consciente de estos desafíos y, aunque no ha anunciado un cambio radical, ha dado indicios de que podría ajustar la estrategia para abordar estos problemas, señaló Ramsés Pech.
El analista indica que otro reto que tienen es que actualmente el 80% de la electricidad en México se produce con combustibles fósiles, lo que subraya la necesidad de reducir esta dependencia y aumentar la eficiencia en las plantas generadoras.
Esto implica no solamente un “diagnóstico exhaustivo de las condiciones de cada planta, sino también inversiones significativas en las redes de distribución, áreas que, sin los recursos y la autonomía adecuada, podrían quedar rezagadas”.
Además, la empresa ya enfrenta una necesidad urgente de al menos un 40% más del presupuesto aprobado para 2024, lo que añade una presión significativa a su operación.
Oscar Ocampo, coordinador de Energía y Medio Ambiente del Instituto Mexicano para la Competitiviad (IMCO), también advierte sobre un posible riesgo: la persistencia en priorizar la generación de electricidad en detrimento de la mejora en la transmisión y distribución. Este enfoque podría convertirse en un “foco rojo” si no se aborda adecuadamente.
¿Secretaría de Energía, con otra dirección para Pemex y CFE?
Para los analistas, Luz Elena González Escobar, la próxima titular de la Secretaría de Energía (Sener), heredará un sistema energético deteriorado, fruto de las decisiones de Miguel Ángel Maciel y Rocío Nahle García.
El primer reto para ella, está relacionado a la necesidad de garantizar un ‘colchón’ de alrededor 45,000 millones de dólares en inversiones en energía limpia hasta 2030, de los cuales, 35,000 millones se destinen a generación y al menos 10,000 millones a transmisión y distribución, dijo el consultor energético Ramírez Cabrera.
La política energética para 2024-2030 será “crucial” porque son los años clave de definición para que México deje su dependencia hacia el sector hidrocarburos, añadió el investigador en Transición Energética y Medio Ambiente del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), César Augusto Rivera de Jesús.
Se agregan los principales desafíos financieros. “Las deudas de ambas empresas son enormes, y definir una visión clara será esencial para su viabilidad financiera”.
Pemex enfrenta un significativo reto con los vencimientos de deuda programados durante el sexenio del nuevo presidente electo. Aproximadamente el 38% de la deuda deberá ser pagada en los primeros años del nuevo sexenio.
Uno de los temas más urgentes es la tasa del Derecho de Utilidad Compartida, actualmente fijada en un 30% para Pemex.
Con la llegada de Luz Elena, se plantea la posibilidad de que esta tasa vuelva a incrementarse al 40% o incluso al 54%, de acuerdo con la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos.
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