En el primer trimestre, Vale reportó una pérdida neta de 1,640 millones de dólares, la primera desde finales de 2015, debido a que la mayor productora de mineral de hierro del mundo debió lidiar con las consecuencias de uno de los mayores desastres del sector en el país, el colapso de una de sus represas.

Vale tuvo que hacer una serie de provisiones por los costos del desastre, incluidos 2,420 millones de dólares para programas de compensación y remediación, además de 1,860 millones de dólares para cerrar otras represas.

La compañía cerró varias minas después de que la represa de Brumadinho colapsó a fines de enero y liberó un torrente de lodo tóxico que sepultó edificaciones cercanas, incluida la cafetería de la empresa, dejando al menos 237 muertos.

La compañía llegó a perder más de un cuarto de su valor de capitalización en los días siguientes, aunque luego recuperó algo de terreno.

Después de haber reportado una utilidad neta de 1,590 millones de dólares en el primer trimestre del año pasado, Vale también informó de una pérdida de 652 millones de dólares antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización, su primera caída trimestral según EBITDA.

Los ingresos trimestrales cayeron 4.6% a 8,200 millones de dólares debido a menores ventas, ya que varias minas fueron paralizadas como consecuencia del desastre.

Presionada por fiscales debido a que no hizo lo suficiente para prevenir la catástrofe, Vale nombró a Eduardo Bartolomeo como presidente ejecutivo, en reemplazo de Fabio Schvartsman. La minera también incluyó un miembro independiente más en su directorio en los meses posteriores al colapso de la represa.

“Estoy comprometido a liderar a Vale durante el momento más desafiante de su historia”, dijo Bartolomeo en un comunicado emitido junto a los resultados trimestrales.

Con información de Reuters