United Airlines anunció este lunes que eliminará -de manera permanente y con efecto inmediato- los cobros por cambios de pasajes aéreos en Estados Unidos, como su más reciente esfuerzo por estimular las reservas de viajes que se desplomaron producto de la pandemia de COVID-19.
La compañía con sede en Chicago está entre las grandes aerolíneas estadounidenses que implementaron exenciones temporales a las tarifas por cambio de pasaje este año.
Ahora la convertirá en su política estándar para todos los vuelos, ya sean de cabinas económicas o premium, y la medida se aplicará, además, a todos las reservaciones hasta finales de este año. El cobro estándar por cambio, aplicado a los pasajeros que piden reagendar sus vuelos, llegaba a 200 dólares para los casos de viajes nacionales.
En otra medida, United Airlines implementará a partir del próximo 1 de enero que los pasajeros puedan entrar en una lista de espera para viajar gratis en un vuelo diferente el mismo día con igual itinerario de salida y llegada, si los asientos están disponibles.
Scott Kirby, presidente ejecutivo, dijo que estas decisiones marcan un distanciamiento de las prácticas de las aerolíneas en las que sobreviven a tiempos difíciles a expensas del servicio al cliente, y afirmó que “United Airlines no seguirá esa estrategia para salir de esta crisis”.
La empresa atraviesa problemas económicos, pues prepara uno de los mayores recortes de pilotos de su historia después de anunciar el 27 de agosto la necesidad de eliminar 2,850 puestos en el sector este año, o alrededor de 21% del total, cuando está cerca de expirar la ayuda del Gobierno de Donald Trump.
El primer monto de ayuda que recibió le prohibió cualquier recorte de empleos hasta el 1 de octubre, aunque expira a finales de septiembre, pero las conversaciones en Washington se han estancado mientras el Congreso lucha por llegar a un acuerdo sobre un paquete de asistencia más amplio por la emergencia sanitaria.
Los recortes planeados por United, publicados en un comunicado interno a los empleados y compartido con los medios, se realizarían entre el 1 de octubre y el 30 de noviembre. Son significativamente mayores que los 1,900 anunciados a principios de esta semana por Delta Air Lines y los 1,600 por American Airlines.
United dijo que las cifras se basaron en la demanda actual de viajes para el resto del año y en su programa de vuelo, que dijo que “sigue siendo fluido” pese al resurgimiento de COVID-19 en regiones de Estados Unidos.
Las aerolíneas implementan también nuevas reglas de convivencia con sus pasajeros para transitar la pandemia.
Por ejemplo, Delta Air Lines hace listas negras de pasajeros que se niegan a utilizar cubrebocas.
“Aunque sea extraño, seguimos colocando a los pasajeros que se niegan a seguir las reglas requeridas para cubrirse el rostro en nuestra lista de ‘no volar'”, dijo el presidente ejecutivo Ed Bastian en un memorando a los empleados.
Para obtener su boleto, los pasajeros de las principales aerolíneas de Estados Unidos deben marcar una casilla confirmando que seguirán la política de uso de mascarillas y los agentes de la puerta de embarque de la aerolínea pueden negar el acceso a cualquier persona que no use una antes del viaje.
Por otro lado, American Airlines dijo que se prepara para comenzar a rociar las cabinas de sus aviones con un desinfectante probado para combatir el COVID-19 en superficies por hasta siete días.