Unilever instauró un nuevo modelo de trabajo, en el que sus jornadas laborales se reducirán a solo cuatro días en Nueva Zelanda, bajo la idea de la nueva flexibilización tras la irrupción del COVID-19 y el confinamiento.  

La firma detrás del té Lipton, jabón Dove y helado Ben & Jerry’s anunció que probaría, desde la siguiente semana, jornadas de trabajo más cortas para todos sus 81 empleados en Nueva Zelanda, permitiéndoles decidir los cuatro días preferirían trabajar cada semana, de acuerdo con reportes de prensa. 

El análisis sobre el rendimiento que tenga la compañía en el año que dura el programa estará a cargo de la Universidad de Tecnología de Sydney, Australia y en caso de convencer a Unilever se aplicará a más plantas. 

Esperamos que la prueba dé como resultado que Unilever sea la primera compañía global en adoptar formas de trabajo que brindan beneficios tangibles para el personal y las empresas. Este es un momento emocionante para nuestro equipo y una validación del papel catalizador que el COVID-19 ha desempeñado en la transformación de las prácticas de trabajo estándar

dijo Nick Bangs, director gerente de Unilever Nueva Zelanda. 

La compañía siguió los pasos de Perpetual Guardian, firma neozelandesa que ayuda a los clientes a administrar sus testamentos y patrimonio desde 2018.

Nick Bangs dijo que su equipo se inspiró en los hallazgos de este estudio de caso y había comenzado a “creer que las viejas formas de trabajar están desactualizadas”, según CNN Business. 

El ejecutivo le dijo al Financial Times que la mayoría de su personal vendía o distribuía productos de Unilever y estaba “muy consciente” de que se necesitaría pensar más para hacer que una semana de cuatro días funcionara en los sitios de fabricación. 

Alan Jope, CEO de Unilever, dijo al diario británico que el futuro de trabajo será mixto e ir a la oficina será opcional.

Vemos un futuro híbrido del trabajo, donde la gente podría pasar un par de días en la oficina y dos o tres días en casa o trabajando de forma remota

dijo Jope. 

Pero este tema ha sido más que de negocios, pues la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Arcen, ha planteado que la idea puede ayudar a la reactivación económica y recuperarse del impacto de la crisis. 

En 2019, Microsoft aplicó en Japón una medida similar, al cerrar todos los viernes de agosto y dar a los trabajadores un día libre adicional cada semana. El resultado fue bueno e instó a otras compañías hacer lo mismo.