Uber Technologies, Lyft y DoorDash obtuvieron una votación mayoritaria en California que los exime de reclasificar a sus conductores como empleados, reveló The Wall Street Journal (WSJ).

Estas empresas, junto con Postmates e Instacart, invirtieron colectivamente alrededor de 200 millones de dólares para respaldar la Propuesta 22, una medida que les permite eludir una ley estatal destinada a brindar a sus conductores.protecciones similares a las de los empleados.

La campaña fue la más cara para cualquier medida electoral en la historia del estado.

Con más del 60% de los votos contados, la votación fue del 58% a favor de la medida y del 42% en contra.

A las 10:45 am (hora de Ciudad de México), las acciones de Uber suben 13.2% y las de Lyft ganan 12%.

El resultado de la votación evita que las empresas de transporte y reparto cumplan con una ley que los habría obligado a reformar sus modelos comerciales, lo que habría impactado negativamente su negocio en California, el estado más poblado de Estados Unidos.

Sin embargo, este escenario marca la pauta para plantear la regulación de los trabajadores autónomos en el resto del país.

El esfuerzo por ganar el apoyo popular llevó a Uber, Lyft y Doordash a garantizar nuevas protecciones, al prometer a los votantes que proporcionarían seguro médico para los conductores que trabajan 15 horas o más a la semana, así como cobertura de seguro de accidentes laborales y 0.30 dólares por cada milla recorrida, entre otras protecciones.

No obstante, aquellos conductores que se oponen a la medida advirtieron que esos beneficios son inferiores a los otorgados a los empleados de tiempo completo.

El resultado asesta un golpe a los legisladores de California, que se han visto envueltos en una batalla de alto riesgo con las empresas por la reclasificación de sus empleados.

El año pasado se aprobó la ley que buscaba obligar a las empresas de distribución de alimentos a reclasificar a sus conductores como empleados, con el objetivo de lograr beneficios como salario mínimo, permisos remunerados por enfermedad y subsidio de desempleo.

Los modelos de negocio de estas aplicaciones, parte de la ‘nueva economía digital’, se han construido en torno al uso de contratistas independientes, conocidos como trabajadores por encargo, un motor que mantiene los costos laborales bajos.

La propuesta desafiaba ampliamente a las empresas, puesto que una reclasificación habría pesado en sus resultados -ya de por sí rojos- y habría sentado un precedente para que otros estados de Estados Unidos retaran su modelo de negocio.

Aunque la ley de California no restringió el trabajo flexible, los legisladores consideraron que las empresas eran libres de estructurar un modelo en el que los beneficios y la flexibilidad iban de la mano.

Uber, Lyft, DoorDash argumentaron que no era ‘realista’ extender a muchos conductores que trabajaban para ellos ‘solo unas pocas horas a la semana’ beneficios similares a los de los empleados de tiempo completo.

Además, las plataformas consideraron que la reclasificación obligaría a los conductores a trabajar en turnos preprogramados, ‘robándoles la libertad’ que tenían con horarios flexibles.

Más de media docena de conductores entrevistados por WSJ dijeron que planeaban votar a favor de las empresas.