El fallecimiento de Charlie Munger, vicepresidente de Berkshire Hathaway, presagia el fin de una era, dejando a Warren Buffett como la única leyenda entre los inversionistas del conglomerado y dirige la atención a los gestores que han operado en gran medida a la sombra. 

Pocas empresas han estado estrechamente asociadas con sus líderes como Berkshire con Buffett y Munger, quienes en los últimos 45 años fungieron como presidente y vicepresidente del conglomerado con sede en Omaha, Nebraska.

El fallecimiento de Munger el martes, que estaba a semanas de cumplir 100 años, deja a los vicepresidentes de Berkshire, Greg Abel y Ajit Jain, encargados de supervisar los negocios de seguros y no seguros, como los principales asesores de Buffett.

Abel y Jain se convirtieron en vicepresidentes en 2018 y asumieron un papel público más destacado en la última reunión anual de Berkshire. Por su parte, los gerentes de la compañía han dicho que Abel cumple plenamente con la cultura del conglomerado.

Ambos vicepresidentes tienen estilos diferentes a los de Buffett y Munger. En la reunión anual de 2021, Abel dijo que él y Jain se consultan regularmente y en particular cuando sucede algo irregular en la empresa.

Berkshire tiene plan de sucesión 

Berkshire ha tenido un plan de sucesión al menos desde 2006, cuando Buffet, que entonces tenía 75 años, dijo a los accionistas que la empresa que lidera desde 1965 estaría preparada para su salida.

Munger señaló, sin darse cuenta, durante la reunión anual de Berkshire de 2021, que Abel, de 61 años —quien pasó 25 años en lo que ahora es Berkshire Hathaway Energy—, sería el director ejecutivo designado.

Por otro lado, Jain de 72 años, seguirá supervisando las operaciones de seguros de la compañía. Buffett ha elogiado a ambos ejecutivos, llamando a Abel “un ser humano de primera clase” y refiriéndose a Jain como una “superestrella”. 

Abel se graduó de la Universidad de Alberta en 1984, y ha colaborado en PricewaterhouseCoopers y en la empresa de energía CalEnergy. Se unió a la compañía conocida como MidAmerican Energy en 1992, que Berkshire adquirió en el año 2000. 

Abel se convirtió en jefe de MidAmerican en 2008 y se benefició de su capacidad, inusual en la industria de los servicios públicos, al retener ganancias en lugar de pagar dividendos. Esa acción liberó a la compañía para realizar adquisiciones y expandir el negocio hacia la energía renovable. 

Ahora los inversionistas tendrán que esperar hasta que Abel asuma el poder para ver su voluntad para deshacerse de negocios que tienen un bajo desempeño o malas perspectivas o si Berkshire podría pagar su primer dividendo desde 1967.

Además de los dos altos ejecutivos, el plan de sucesión de Berkshire también exige que el hijo mayor de Buffet, Howard Buffett, se convierta en presidente no ejecutivo, encargado principalmente de preservar la cultura del conglomerado. 

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Con información de Reuters