El Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana rompió negociaciones con Teléfonos de México al no llegar a un acuerdo en materia de jubilaciones, un nuevo episodio de diferencias en el contrato colectivo de trabajo entre ambas partes que tiene un nuevo tono para los trabajadores.

La ruptura generó un emplazamiento a huelga para el 25 de agosto, además de revelar el temor de los telefonistas ante una eventual represión por parte de América Móvil, así como evidenciar que no existe respaldo del presidente Andrés Manuel López Obrador a los telefonistas.

Entraremos en un proceso de resistencia sin dejar de lado el servicio esencial que representa el de las telecomunicaciones para las y los mexicanos

señaló el sindicato en un comunicado.

Tras asentar el llamado a huelga, los telefonistas hacen constar ante la opinión pública que los trabajadores podrían sufrir represión por parte de la patronal que conduce la compañía de telecomunicaciones.

Uno de los escenarios posibles que vislumbra el sindicato es que el gobierno federal podría optar por mantenerse al margen como ha ocurrido en conflictos similares, lo que ha abonado a la estrategia de la empresa para alargar los tiempos del proceso de negociación.

“Eso nos colocaría en una situación compleja en la que será necesario desarrollar acciones de movilización complementarias para involucrar a las autoridades gubernamentales”, señala el documento.

Este escenario es completamente distinto al de septiembre de 2019, cuando López Obrador se pronunció como mediador entre la empresa, los telefonistas y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) respecto a la separación funcional, hoy completada.

Telefonistas, sin apoyo

En algún punto, los telefonistas creyeron que el primer mandatario iba a apoyar al Sindicato; sin embargo, en el comunicado revelan que no tienen apoyo del gobierno federal ni del presidente, dijo Sandra Rodríguez, abogada especialista en telecomunicaciones.

En su opinión, este escenario revela también que ‘ha faltado una estrategia legal contundente’, además de que no han sabido separar los asuntos que corresponden a telecomunicaciones con los que aplican a la Ley Federal del Trabajo.

“Lo están mezclando todo, y por eso, no han llegado a una respuesta exitosa por ninguna de las dos vías”, aseguró la también directora del portal especializado Jentel.

La complejidad de la situación radica en la carga sindical que tiene una empresa como Teléfonos de México, así como la importancia e integridad que tiene la plantilla laboral, agregó.

Y justamente en función de ello, dijo, lo correcto sería llegar a una muy buena negociación, con la buena voluntad de las partes.

Sin embargo, lo que vemos es que no hay los apoyos correspondientes ni la estrategia legal correcta por parte del sindicato para hacer valer los derechos de los trabajadores

Otro escenario

A diferencia de otras negociaciones, ahora estamos frente a un terreno diferente, porque hay una política empresarial de América Móvil de cortar prestaciones no a quienes los tienen, sino a las nuevas contrataciones, comentó por su parte Alfonso Bouzas, investigador académico de tiempo completo de la UNAM.

El especialista en materia laboral señaló que el sindicato esta asumiendo una nueva postura ante la intención de la empresa de ‘derribar de un plumazo’ la historia en contratación colectiva de los telefonistas.

Para el académico especialista en materia laboral, el rol que juegue el gobierno en este asunto hará la diferencia, al tratarse de un servicios esencial de alto alcance, aunque por primera vez estamos frente a un escenario proclive al rompimiento entre telefonistas y empresa.

“En el caso de la telefonía, como un sector estratégico, el gobierno no puede permitir que se dé un caso como el de Notimex, en el que ha permitido que durante año y medio escale el problema sin dar respaldo a los trabajadores”, dijo.

Bouzas señala que será interesante la definición de la postura que asuma el gobierno federal, sobre todo considerando la cercanía de López Obrador con el empresario Carlos Slim, “lo que pondría a prueba el carácter social de de la cuarta transformación”, añadió.

Durante la Asamblea Nacional de Representantes del 20 de julio el sindicato tomarán decisiones trascendentales para los telefonistas y para su fuente de trabajo.

Esto, teniendo claro que las prórrogas que han utilizado desde hace tres años “nos ha permitido contrarrestar la estrategia de la empresa, que buscaba que la acumulación de problemas sin resolver”, señala en su postura el sindicato.