Carlos Slim y Elon Musk son dos jugadores en la oferta de internet en México que, a pesar de ofrecer el mismo servicio, no son rivales, pues además de que van dirigidos a distintos mercados, la infraestructura a través de la cual ofrecen conectividad es distinta.
América Móvil, del magnate mexicano, ofrece internet fijo a través de Telmex bajo infraestructura terrestre, mientras que Starlink, del multimillonario también dueño de Tesla, lo hace mediante señal satelital lo que, además del precio, hace la principal diferencia.
La reconfiguración del sector de telecomunicaciones tras casi una década de la emisión de la reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, ha permitido la entrada de nuevos jugadores y esquemas de servicio, lo que se refleja en la llegada de Starlink a México.
En el cuarto trimestre de 2013, la participación de mercado de América Móvil rondaba en cerca del 70% de los hogares con internet y alrededor del 85% en el nicho empresarial. Actualmente, la participación del gigante de telecomunicaciones en el mercado fijo es del 41%, según los datos más recientes del IFT.
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Starlink, atractivo para lugares remotos
El 19 de diciembre de 2020, Starlink Satellite Systems México, S. de R.L. de C.V., solicitó al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) una concesión única para comercializar su servicio de internet satelital, título que obtuvo casi siete meses después para prestar cualquier servicio de telecomunicaciones y radiodifusión con cobertura nacional durante los próximos 30 años.
El atractivo de Starlink, al ser una oferta satelital, radica en que es la única opción viable en zonas muy alejadas, de difícil acceso o incluso zonas que no son rentables o el internet bajo infraestructura terrestre no llega, aseguró Jesús Romo, analista de Global Data.
En su opinión, la principal ‘cancha de juego’ de Starlink está en zonas turísticas alejadas a las que no llega la fibra óptica ni la recepción de telefonía móvil, por lo que la oferta de internet satelital es una opción de negocio adicional pues permite ‘bajar’ a un hotspot la señal para vender internet, generalmente a través de códigos de acceso.
Precios, otra gran diferencia
Comparado con la oferta de banda ancha tradicional como la que ofrecen Telmex, izzi, Totalplay u otros jugadores, el internet satelital sí es más caro, porque de inicio, hay una barrera de entrada: el costo del equipo para conectarse y la renta mensual por servicio.
Mientras el equipo Starlink, que integra un router WiFi, fuente de alimentación, fuentes, cables y antena tiene un costo regular de 8,300 pesos más un pago mensual de 1,100 pesos por el servicio, los paquetes que ofrece Telmex integran un módem cuyo pago se desglosa a 12 meses y parte desde una renta mensual de cerca de 400 pesos.
Para Romo, si bien el internet satelital no va a desplazar a la infraestructura fija ni móvil, eventualmente la evolución de la fibra óptica y el desarrollo de 5G podría ‘abrir camino’ al internet fijo inalámbrico (una conexión para conectar dos ubicaciones fijas), una alternativa de conectividad que está tomando fuerza en Estados Unidos y que no es del todo nueva para México.
Jugadores como T-Mobile y Verizon están ofreciendo planes para competir con cable, DSL y paquetes de fibra óptica, una tendencia con valor agregado, como el acceso a canales streaming o la posibilidad de conectar una línea fija.
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Airbnb, ¿un potencial beneficiado?
Para el especialista, el auge de nómadas digitales en todo el mundo, que elevó la demanda de acceso a habitar espacios bajo esquemas como Airbnb, podrían verse beneficiados, además de otros negocios de bienes inmuebles alejados de las zonas urbanas, particularmente dedicados al turismo.
“Starlink puede ser una opción para atraer clientes en un contexto de destinos turísticos o alejados, aptos para nómadas digitales, en los que hay garantía de conectividad sin que haya un competidor, y un escenario más viable para cubrir el costo del servicio”, señaló Romo.
Pero no es lo único. Muchos gobiernos también evalúan qué hacer en materia de agenda de conectividad a través de internet satelital, independientemente de si es Starlink o algún otro, siempre son una parte de esa ecuación.
En países como Brasil, por ejemplo, Starlink ha sido considerado como la opción para echar a andar un programa de conexión satelital para 19,000 escuelas aisladas y de monitoreo medioambiental. En el caso de México, Altán Redes es el proyecto de conectividad terrestre del gobierno que pretende alcanzar una cobertura de poco más del 90% en el país.
Si bien aún no es posible llevar la conectividad móvil al 100% a los lugares remotos y, por tanto, tampoco es probable que llegue la fibra óptica por completo, los satélites están siendo considerados como una opción por algunos gobiernos para atender ciertos proyectos.