La Autoridad Investigadora de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) determinó que no existen condiciones de competencia en la red de pagos con tarjeta en México, en un comunicado.

En el país existen trabas para promover la competencia en el sector, lo que genera costos y requisitos anticompetitivos para la entrada de nuevos jugadores.

En México sólo existen dos cámaras de compensación que procesan los cobros con tarjeta de crédito. Estas son: E-Global y Prosa.

“La falta de condiciones de competencia en los servicios que ofrece esta red afecta a los consumidores y a los comercios, frenando la bancarización y la inclusión financiera”, detalla el reporte.

Hallazgos de la Cofece

La investigación del órgano regulador mexicano descubrió que sólo hay una red de pagos con tarjeta que aplica reglas que, a su vez, imposibilitan la coexistencia de otras redes de pago con menores cuotas, mejores servicios y mayor seguridad en las transacciones.

También descubrieron la exigencia de requisitos anticompetitivos que incrementan los costos de entrada de nuevos participantes en la red de pagos existes o en una nueva.

Ocho bancos son copropietarios de las cámaras de compensación que se encargan de procesar las operaciones en la red de pagos, lo que les permite contar con información que otras instituciones financieras no tienen e instrumentar esquemas comerciales que les dan ventajas respecto a sus competidores.

Además de que la obligación de garantizar la liquidez diaria de las transacciones recae en los titulares de la marca y no en las cámaras de compensación, que son quienes procesan los pagos y conocen los riesgos de cada operación. Esto desincentiva la entrada de otras marcas de tarjetas y al no tener esta obligación, las cámaras de compensación dejan de invertir y monitorear el sistema para detectar amenazas, lo que genera riesgos de seguridad en la red de pagos.

De tal manera, la Cofece identificó falta de seguridad, tecnología e innovación; obstáculos regulatorios; sobreprecios y la copropiedad de los bancos accionistas en las cámaras de compensación, como efectos anticompetitivos.