Año nuevo, tendencias laborales nuevas. El mundo laboral estará marcado por el 2020 como un antes y después en la forma de trabajar, ante la pandemia por COVID-19 que aún no logra ser controlada, con cambios que llegaron para quedarse.
Pautas como el distanciamiento físico, la creciente deslocalización del trabajo, la digitalización y la necesidad permanente de capacitación, así como la flexibilidad y el desarrollo de cultura y vínculos con colegas, son algunos de los puntos más sobresaliente identificados por Randstad, empresa global en servicios de recursos humanos.
“Con una perspectiva de mediano plazo que seguirá condicionada por la evolución de la pandemia, la economía y el empleo, (las empresas) deberán sortear enormes desafíos para recuperar la senda del crecimiento”, dijo Andrea Ávila, CEO de Randstad de Sudamérica.
Para capitalizar la experiencia de 2020, las empresas y organizaciones pasarán por asimilar los cambios, incorporar los aprendizajes y sostener la flexibilidad que les ha permitido adaptarse para mantener su productividad y el trabajo de sus equipos en un entorno adverso.
Estas son las siete tendencias más importantes identificadas por la empresa de recursos humanos que impactarán en el empleo este año:
Distanciamiento como principal herramienta de prevención
Las pautas de distanciamiento físico en plantas, oficinas y ámbitos laborales se mantendrán por tiempo indefinido para garantizar la seguridad mientras continúen los riesgos asociados a la pandemia.
A pesar de que las actividades en el mundo se han restablecido, la forma de vinculación en los ámbitos laborales se transformó debido a los protocolos que buscan generar ambientes de trabajo seguros.
“Tomando en cuenta que las empresas tienen por delante el desafío de generar confianza para el regreso gradual y paulatino de su personal a los ámbitos de trabajo, la adecuación de sus instalaciones, procesos y estándares de trabajo son un elemento clave de ese proceso”, detalla Randstad en un comunicado.
Deslocalización del trabajo
La cuarentena y el distanciamiento social preventivo y obligatorio llevaron a la mayoría de las organizaciones a adecuar su modo de funcionamiento para que sus colaboradores pudieran trabajar desde los hogares.
Esta situación forzada ayudó a derribar barreras culturales y prejuicios en torno al trabajo remoto, la productividad y el rol del trabajo físico.
Uno de los principales resultados de este gran experimento social es una mayor deslocalización del trabajo, que, con efectos que irán mucho más allá de la pandemia, impactarán en la demografía, las elecciones de vida de los trabajadores y la dinámica de los grandes centros urbanos, entre otros factores.
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Digitalización y nuevas habilidades laborales
La pandemia hizo que las empresas se digitalizaran, tanto para aquellas que ya daban sus primeros pasos en este camino como para las que debieron implementar una actualización digital forzada.
Los cambios que se esperaban en tres o cuatro años ocurrieron en uno, lo que hizo que la vida útil de los conocimientos y habilidades laborales se recortaran. Así, se armaron un nuevo portafolio de habilidades necesarias para hacer frente a los trabajos del futuro.
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La capacitación y un nuevo rol para las empresa
El aprendizaje se volvió fundamental para la empleabilidad de las personas, ante la velocidad de los cambios observados, así como la incertidumbre de las competencias.
“Frente al desafío de formar al talento y hacer frente a la obsolescencia programada de las habilidades laborales, se consolida el rol central de las empresas como formadores como alternativa frente a las los sistemas educativos tradicionales que parecieran alejarse cada vez más de las necesidades del mercado laboral”, detalla el reporte.
Mayor flexibilidad y trabajo por objetos
La instauración del home office de manera generalizada hizo que los empleadores reconocieran que el control de horario y la presencialidad no son necesarios para asegurar la productividad.
Así, la organización laboral con base en el horario queda obsoleto y el trabajo por objetivos gana terreno.
“Todo indica que veremos a futuro un crecimiento de esquemas de trabajo más flexibles, en los que los acuerdos de trabajo remotos, híbridos o mixtos se consolidarán como la opción preferida, tanto de los empleadores como de los trabajadores”.
Transmisión de cultura y desarrollo de vínculos
Ante el trabajo remoto, las organizaciones tendrán que redoblar esfuerzos para transmitir la cultura y valores organizacionales, intentando no dejar el contacto cara a cara a un lado, la conexión humana y las interacciones informales.
Este tipo de vínculos ayuda a fomentar un ambiente de trabajo sano y libre de roces. El reto será fomentar las relaciones personales entre colegas a pesar de la virtualidad.
Reclutamiento e inducción virtuales
En 2020 las organizaciones tuvieron que adaptar sus procesos de búsqueda, selección y contratación de recursos humanos que implicó, en algunos casos, la contratación sin la previa entrevista cara a cara.
Por ello, las empresas deben establecer procesos de reclutamiento, selección y on boarding que permitan a los nuevos empleados sentirse parte de la organización, pese a la distancia física.