Un grupo de científicos británicos creó Atomik, un vodka no radioactivo producido con granos obtenidos cerca de la zona de Chernobyl (Ucrania), contaminada en 1986 por el accidente de la central nuclear.

Los investigadores encontraron radioactividad en los cereales, pero tras la destilación se diluyó.

Por ejemplo encontraron estroncio 90, el cual está ligeramente por encima del límite ucraniano de 20 Bq/kg.

El becquerel o becquerelio (Bq) es una unidad derivada del Sistema Internacional de Unidades que mide la actividad radiactiva, y se interpreta como la actividad de una cantidad de material radiactivo con decaimiento de un núcleo por segundo.

Como resultado de la destilación, los científicos lograron que la única radioactividad fuera de carbono 14, es decir, “el mismo nivel que en cualquier otro alcohol fuerte”, se precisó en un comunicado.

No hay plutonio, americio, cesio, estroncio,

indicó el profesor de la universidad de Portsmouth, Jim Smith.

En la producción de Atomik también colaboraron científicos de Ucrania, país que es conocido por producir esta bebida.

Atomik como dinamizador económico

Con la venta de Atomik, los creadores buscan dinamizar la economía de la región.

Se trata de la botella de alcohol más importante en el mundo, ya que ayudará a progresar a las comunidades que viven en la zona siniestrada y en sus alrededores,

aseguró Smith.

Tras el accidente nuclear, se estableció un perímetro de 30 kilómetros alrededor de la central donde el cultivo estaba prohibido, excepto para las pequeñas explotaciones agrícolas.

“Miles de personas aún viven en esta zona donde las explotaciones de tierras agrícolas y las inversiones están prohibidas”, recordó Smith, quien es especialista en geografía, medio ambiente, y geociencias.

Estos científicos pretenden crear una empresa con vocación social, llamada Sociedad de licores de Chernobyl, con la que quieren comercializar a pequeña escala sus primeros productos durante este año.

De la venta, el 75% de los beneficios los destinarán a la comunidad local para apoyar la economía y el desarrollo social.

La explosión en la central de Chernobyl, el 26 de abril de 1986, provocó 30 muertos y centenares de afectados con enfermedades relacionadas con el accidente.

Las autoridades evacuaron de esa zona a 350,000 personas y los científicos consideran que la radioactividad tardará 24,000 años en desaparecer.