El acuerdo histórico de este fin de semana entre las principales naciones productoras de petróleo para implementar la mayor reducción conjunta de producción petrolera de la historia ha generado la esperanza de que los precios del petróleo puedan recuperarse este año, evitando que las compañías de petróleo y gas más grandes de Estados Unidos —que se han visto lastradas al desplomarse los precios de estas materias primas— tengan que tomar medidas cada vez más desagradables para los inversionistas con el objetivo de proteger los ingresos, como reducir sus dividendos.
El acuerdo fue negociado por Estados Unidos tras la fuerte caída del consumo mundial de combustible provocada por la pandemia del coronavirus, que se vio exacerbada por una disputa entre los mayores productores del mundo, Arabia Saudita y Rusia, que ha amenazado la viabilidad financiera de los productores estadounidenses.
El West Texas Intermediate, principal referente de precios de Estados Unidos, cerró la jornada del jueves en 22.76 dólares el barril, acumulando pérdidas de 63% desde el comienzo del año. Ha sido aún peor en Midland, Texas, cuna de una gran cantidad de petróleo extraído de la cuenca del Pérmico , y en el oeste de Canadá, de donde proviene la mayor parte de la producción del país. El petróleo ha cotizado por debajo de los 10 dólares por barril en ambos mercados. Tras caer 3.5% ayer hasta 22.41 dólares, en el momento de redactar estas líneas, el WTI ha subido algo menos de un 1%, situándose en 22.59 dólares.
Para los inversionistas en los principales productores de la región, la siguiente gran pregunta es si este acuerdo ayudará a salvaguardar los pagos que reciben de megaproductores como Exxon Mobil, Chevron y Royal Dutch Shell.
Las mayores empresas de petróleo y gas del mundo han evitado reducir sus dividendos durante años, para incentivar a los inversionistas a medida que el atractivo de las acciones petroleras sigue disminuyendo con el cambio a fuentes de energía más limpias. Las cinco principales grandes petroleras añadieron un total de 25,000 millones de dólares a los niveles de deuda en 2019 para mantener el gasto de capital, al tiempo que devolvían miles de millones a los accionistas.
Según un informe de CNBC.com, la deuda combinada de Chevron, Total, BP, Exxon Mobil y Royal Dutch Shell ascendió a 231,000 millones de dólares en 2019, a poca distancia de los 235,000 millones de dólares registrados en 2016 cuando los precios del petróleo también cayeron por debajo de los 30 dólares por barril.
Los rendimientos por dividendo de las compañías petroleras, un reflejo del riesgo que los inversores están dispuestos a asumir para mantener sus acciones, también han aumentado tras el reciente desplome de los precios de sus acciones. Exxon Mobil, que se ha desplomado un 39% este año, y Chevron, que se ha dejado un 29%, están ofreciendo una rentabilidad de un 8% y un 6%, respectivamente. Exxon cerró la sesión de ayer con pérdidas de un 0.4% en 42.76 dólares, mientras que Chevron cerraba la jornada del lunes con un alza del 0.7% en 84.91 dólares.
Un destello de esperanza
Si bien el rendimiento de las acciones de petróleo ya está mostrando un nivel extremo de angustia financiera, el acuerdo de producción de la OPEP+ ofrece un atisbo de esperanza, ya que podría proporcionar un tope al desplome de los precios y dar a estos productores algo de margen para respirar.
Algunos analistas creen que, aunque las reducciones de la producción harán poco a corto plazo por cambiar la trayectoria de la enorme superabundancia, los precios deberían recuperarse a finales de este año en torno a los 35 dólares.
“Simplemente es demasiado tarde para evitar un enorme aumento de las reservas de más de mil millones de barriles entre mediados de marzo y finales de mayo y para evitar que los precios al contado caigan a una sola cifra”, ha escrito Ed Morse, jefe global de materias primas de Citi, en una nota a los clientes el domingo.
Aun así, las grandes compañías petroleras han sufrido numerosas recesiones e incluso han sobrevivido a la crisis financiera de 2008.
“En las recesiones de petróleo anteriores, las grandes petroleras en general no han respondido a las difíciles condiciones macroeconómicas con recortes de dividendos materiales”, aseguran los analistas de Goldman Sachs en una nota reciente, añadiendo que no esperan un recorte debido al entorno actual.
El director ejecutivo de Exxon Mobil, Darren Woods, dijo el día del inversor de la compañía, celebrado el 5 de marzo, que Exxon está “comprometido con un dividendo creciente y fiable”. La compañía ha aumentado su pago cada año durante los últimos 37 años.
El director ejecutivo de Chevron, Mike Wirth, también ha reiterado recientemente que el productor de energía integrado se dispone a aumentar su pago anual por acción por trigésimo tercera vez en 2020. Las acciones de Exxon y Chevron han subido más de un 10% en el último mes.
Nadie puede decir con certeza cómo se comportarán los mercados del petróleo en las próximas semanas y meses con una brecha tan amplia entre la oferta y la demanda. Pero las reducciones de la producción y el fin de la guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia ofrecen cierta esperanza en que las mayores compañías petroleras estadounidenses tengan ahora más margen para hacer frente a la crisis de demanda provocada por la pandemia del coronavirus.