La justicia española anunció el miércoles la inculpación del presidente del grupo energético Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, en el marco de una investigación sobre un amplio escándalo de espionaje entre grandes empresas.
Sánchez Galán, un influyente empresario, es sospechoso de un “delito continuado de cohecho activo, delito contra la intimidad y falsedad en documento mercantil”, según un comunicado de la Audiencia Nacional, una alta jurisdicción en Madrid especializada entre otros en asuntos financieros.
Otros tres dirigentes de la empresa también son investigados por los mismos presuntos delitos.
El caso está ligado al oscuro y controvertido ex policía José Manuel Villarejo, pieza clave de numerosos escándalos por haber espiado o grabado en secreto a personalidades de la política o el sector empresarial, poniendo en dificultad incluso a la familia real.
De 2004 a 2017, el presidente de Iberdrola habría hecho numerosos encargos a Villarejo, entre ellos espiar a otros dirigentes de empresas, como Manuel Pizarro, entonces presidente de la empresa energética Endesa, o a Florentino Perez, jefe del grupo de construcción ACS y presidente del Real Madrid, según el auto del tribunal.
Otro encargo fue vigilar las actividades de algunos habitantes de la localidad andaluza de Arcos de la Frontera, con el fin de “superar los obstáculos que estaban surgiendo en la construcción de una central de ciclo combinado” allí.
El juez sospecha que Iberdrola quiso encubrir estas actividades haciendo que otra empresa emitiera las facturas correspondientes a los servicios del grupo Cenyt, del comisario Villarejo.
A mediados de abril, el presidente de la petrolera Repsol, Antonio Brufau, y el antiguo dirigente del banco CaixaBank Isidro Fainé, fueron también imputados por presunto cohecho activo.
Los dos empresarios habrían contratado los servicios de Villarejo para espiar al presidente de la constructora Sacyr, quien habría estado maniobrando con la petrolera mexicana Pemex para hacerse con el control de Repsol, del que CaixaBank era un importante accionista.
Villarejo, de 69 años, fue puesto en libertad condicional en marzo tras más de tres años en prisión provisional, a la espera de que empiece el juicio por otro caso de espionaje, en el que está implicado el banco BBVA, cuyo ex presidente Francisco González fue imputado en 2019.
El ex comisario está implicado en multitud de escándalos, especialmente a raíz de las investigaciones lanzadas en base a las conversaciones registradas de forma secreta que se le incautaron al ser detenido en 2017.
Tachado de “corrupto y chantajista” por el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, es señalados de haberse enriquecido al cobrar por montar campañas de desprestigio o mediante chantajes con las grabaciones que hacía.
Sus grabaciones han metido en aprietos al rey emérito Juan Carlos I, al conservador Partido Popular o a la exministra de Justicia del gobierno de Pedro Sánchez, Dolores Delgado.
En México, Iberdrola ha sido criticada en varias ocasiones por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha mostrado su intención de no seguir adelante con la política de apertura del sector energético a empresas privadas impulsada por su antecesor, Enrique Peña Nieto, y dar más control del negocio a CFE y a Pemex.
Con información de AFP