La pifia de varios influencers y agencias detrás de la promoción del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en plena veda electoral marcaron un hito en el desarrollo del Influencer Marketing sobre el rumbo de la publicidad y las estrategias a desarrollar hacia adelante en México.
El error de estos influyentes en redes sociales, que está siendo investigado tanto por el INE como por la división especializada de la Fiscalía General de la República (FGR), abrió la puerta para hacer ajustes en la industria y dar un paso adelante en la evolución de este tipo de publicidad.
La pérdida de credibilidad fue el precio a pagar de los influencers por promocionar al partido político a un día de las elecciones, lo que naturalmente generó que marcas, agencias y servicios vetaran a estas personalidades por un tiempo indefinido, coincidieron especialistas en Influencer Marketing.
Las campañas de publicidad son una estrategia, pero en ese caso, el cómo se hicieron resultó poco ético, dado el trasfondo de pago que claramente provocó que los influenciadores ‘se quemaran’ con su audiencia, lo que impactó más en su imagen que en las agencias
dijo Gerardo Sordo, fundador de BrandMe.
En este episodio de la política mexicana e influencers se cometieron dos errores que se realizan también en campañas de marketing y de mercadeo de cualquier otro producto, comentó por su parte Ismael El-Qudsi, CEO de SocialPubli, agencia que conecta marcas con influencers.
Por un lado, la selección del influenciador, pues no es lo mismo elegir un perfil para anunciar tenis que para promover un partido político, porque no es creíble. Y, por otro lado, no tener un contrato firmado que se ajuste a la ley.
Por tanto, la selección de influencer es fundamental como la legalidad en ambas partes, aseguró El-Qudsi.
Lo que viene
Para Sordo, si bien este episodio en plena época electoral no impactó en el ecosistema de creadores de contenido, sí obligó a marcas y agencias a revisar si los valores y la cultura de estos coinciden con los de los influencers que consideran para sus campañas.
De hecho, en países como Estados Unidos hay reglas claras para los influencers, a quienes se les obliga a comunicar a las audiencias que sus menciones en redes sociales son colaboraciones pagadas, pues de no hacerlo, serán sancionados y multados.
Por eso, los criterios hacia adelante deben considerar la definición de un objetivo claro: si buscan tener más ventas, clics, o views, de ello dependerá la estrategia y sobre qué redes se va a ejecutar la campaña.
Microinfluencers, la nueva apuesta
Como ya es un mercado que empieza a ser maduro, las marcas están volteando a ver a los microinfluencers, un concepto un poco distinto, señaló Ismael El-Qudsi.
Ahora, dijo, las marcas están optando por ‘gente normal’ que tenga menos de 10,000 seguidores en sus redes sociales, con una audiencia limitada con algunos miles de amigos, un perfil que ahora es más demandando por las marcas y las agencias porque es mas creíble.
“Entonces es la vuelta que se le está dando al Influencer Marketing combinando ‘gente normal’ con menos seguidores y mayor credibilidad”, agregó, aunque sin dejar fuera a alguna ‘celebridad’ para otro tipo de audiencia.