El dispositivo electrónico IQOS, de Philip Morris, tiene 20,000 usuarios en México, que representan apenas el 0.1% de las unidades comercializadas en todo el mundo, por lo que la compañía espera una regulación de estos productos que le permita multiplicar la presencia a su marca del futuro en el país.

La importación de calentadores de tabaco y vaporizadores está prohibida actualmente por un decreto presidencial emitido el 19 de febrero de este año.

La prohibición incluye las soluciones y mezclas utilizadas en la fabricación del aerosol que utilizan los vaporizadores, así como los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN), Sistemas Alternativos de Consumo de Nicotina (SACN), Sistemas Similares Sin Nicotina (SSSN).

El decreto describe los dispositivos como unidades de calentamiento líquido que liberan vapor o aerosol, cuyo contenido puede incluir o no nicotina.

Esta definición hace entrar a IQOS en la lista de productos cuya importación está prohibida desde hace medio año. Sin embargo, la tabacalera estadounidense asegura que su producto, utilizado por 15.4 millones de personas en el mundo, es diferente.

“No se trata de un cigarrillo electrónico convencional, es una tecnología diferente () (IQOS) calienta, no quema” el tabaco, dice Catalina Betancourt, vicepresidenta de asuntos corporativos de la tabacalera en México.

La estrategia comercial de Philip Morris es reemplazar completamente los cigarros por otros productos que representen menores riesgos para la salud, de acuerdo con la ejecutiva que habló en entrevista con EL CEO.

Sin embargo, Juan Wolfgang Zinzer Sierra, presidente del Consejo Mexicano contra el Tabaquismo dice que aunque el uso de estos artículos suele presentarse como una alternativa para disminuir el consumo de nicotina, aún no está claro el daño real que ocasionan a la salud humana.

“No está comprobado que estos nuevos productos sean una alternativa para dejar de fumar. Al contrario, han provocado que el problema del tabaquismo, una pandemia peor que el coronavirus, se vuelva más grande”, dijo Zinser Sierra.

IQOS y vaporizadores: las dudas 

A pesar de que los estudios científicos sobre el uso y los supuestos beneficios de los vaporizadores que contienen nicotina se contradicen, en algunos países la regulación de estos dispositivos ha avanzado en los últimos años.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos autorizó a Phiip Morris la venta de IQOS, conocido también como el Marlboro del siglo XXI. La compañía introdujo por primera vez el dispositivo en Japón, y ahora está presente en más de 45 países.

El respaldo de la autoridad sanitaria estadounidense le abrió las puertas del mercado más grande del mundo al aparato con el que Philip Morris busca regresar a la tendencia positiva de sus ganancias mundiales.

En 201 9, la firma obtuvo ingresos por 7,185 millones de dólares (mdd), 9.2% menos que en 2018, cuando reportó alrededor de 7,911 mdd.

Hasta el cierre del año pasado, las ventas de la marca IQOS representaron alrededor de 8% de los ingresos totales de Philip Morris, 19% de los ingresos netos, así como 71% del gasto comercial, según la compañía.

Expertos en salud pública estadounidense sostienen que la presión de las grandes firmas tabacaleras como Philip Morris propiciaron el respaldo de la FDA.

Debido a este impulso, el número de usuarios de IQOS creció 24% en el segundo trimestre de 2020 en comparación interanual, de acuerdo con los estados financieros de Philip Morris.

El desconocimiento generalizado sobre los riesgos reales que representa el uso de mecanismos electrónicos para consumir nicotina exigen una regulación urgente, dice Zinzer Sierra.

En un comunicado publicado el 20 de junio, la FDA reconoce que los científicos estadounidenses siguen trabajando “para investigar los incidentes angustiantes de enfermedades respiratorias graves asociadas con el uso de productos de vapeo”.

“La experiencia mundial sobre consumo de cigarros indica que se deben regular de forma estricta para evitar que se conviertan en la puerta de entrada al tabaquismo para personas libres de humo”, dice el experto.

La Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017 dice que 5.02 millones de personas de entre 12 y 65 años de edad probaron al menos una vez algún cigarrillo electrónico. El 19% se volvieron usuarios habituales.