La postura de México durante las pasadas negociaciones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo ha traído una “enemistad” con los saudíes que lo pone en peligro de perder su posición en el mercado internacional, además de que los costos de producción siguen siendo un reto para que Pemex extraiga crudo para vender a los precios actuales.

México produce únicamente 1.7% de la producción global de petróleo, por lo que es un productor relativamente pequeño y ya no el México de los 80 con Cantarell, dice David Maravilla, lead analyst de Horizon Client Access.

Unos días después de la negociación de la OPEP, los saudíes publicaron sus estrategias de venta, que incluían descuentos importantes en América del Norte y Asia.

“Ellos tienen la capacidad de fijar su precio porque son muy eficientes, y es algo con lo que México no puede competir”.

Maravilla explica que el descuento ofrecido en Asia asciende a cuatro dólares por barril y que la producción de Arabia Saudita tiene costos reducidos y márgenes importantes de ganancia, por lo que pueden darse la libertad de “comerse” este margen sin estresar las finanzas de su país.

El movimiento tiene implicaciones especialmente importantes para México, que en los últimos 10 años ha crecido sus exportaciones hacia el continente asiático para pasar de un 5% a alrededor de 27% de la producción total.

“El hecho de tener a un productor tan importante ofreciendo este tipo de descuentos seguramente le va a pegar a México, porque el petróleo maya no puede competir en precio”.

Pemex todavía tiene contratos vigentes en la región, pero a medida que estos vayan venciendo y que los compradores busquen alternativas para restablecer sus flujos de crudo, los clientes se irán acercando cada vez más a Arabia Saudita.

Además, existe también la intención rusa de establecer relaciones con India y China, que se han alzado como fuerzas importantes en la demanda de hidrocarburos.

El otro problema para las exportaciones de Pemex es que su principal cliente, Estados Unidos, se encuentra en una disputa interna para generar planes de apoyo que puedan asistir en el rescate de su propio sector petrolero.

Las instalaciones de almacenamiento en Estados Unidos se encuentran prácticamente copadas, y la administración ha mencionado la posibilidad de pagar a privados para adquirir las reservas sin sacarlas del subsuelo, además de permitir a privados utilizar las reservas estratégicas como alternativa a sus propias instalaciones.

Por si fuera poco, los descuentos en el crudo árabe también han provocado declaraciones de Donald Trump, en las que amenaza con prohibir la importación del petróleo de este origen. El problema es que México se encuentra en la situación opuesta: con un precio de venta que no le permite cubrir del todo sus costos de producción.

“Es un tema lamentable que en México todos sea un misterio y no haya información, pero hay un estado de resultados de Pemex Exploración y Producción a diciembre de 2019, explica Rosanety Barrios, analista del sector.

Si de ahí se toma el costo, se quita la depreciación, el deterioro de los activos y se divide entre el número de barriles, PEP entonces tuvo un costo de producción bruto de 17 dólares por barril. Esto, más el gasto de administración y costo de la deuda da alrededor de 27 dólares, sin impuestos.

“Incluso con incentivos fiscales seguramente se rebasarán los 40 dólares. La mezcla tendría que estar al menos a 45 para que esto sea negocio”, revela Barrios.