El requisito de disponibilidad de almacenamiento para importadores de combustibles, junto con la falta de capacidad en las instalaciones de Pemex han provocado que se reduzca el número de trámites de permisos y al mismo tiempo que disminuya el número de permisos aprobados, aseguran gestores del sector.
“Los trámites siguen vigentes en la Cofemer y la Secretaría de Energía. Lo que estamos viendo de manera generalizada algunos consultores es que los requisitos se han tornado un poco ridículos”, dice el abogado experto en el sector energético, Santiago Arroyo.
Especifica que piden capacidad de almacenamiento y propuesta de suministro de un extranjero, por ejemplo, por lo que con las políticas de almacenamiento “se están atorando” los permisos porque la dependencia que encabeza Rocío Nahle ha sido muy quisquillosa.
“Se están negando permisos de una forma fundada pero no motivada”, agrega.
Arroyo señala también que, aunque ha habido una disminución en el número de emisiones de permisos, esto aún no se ha traducido en la revocación de ningún permiso existente y estos siguen vigentes.
La nueva política pública de inventarios mínimos de la Secretaría de Energía es un reto para el sector, ya que el número de terminales privadas es muy limitado y Pemex está no está cediendo capacidad en su sistema a nuevos jugadores, explica Daniel Rodríguez, senior editor de Mexico Fuel Markets.
Esta restricción no ha ocurrido por un accionar malicioso por parte de la petrolera. La ley indica que los excedentes de almacenamiento deben ponerse a disposición de los privados para su uso, sin embargo, actualmente la capacidad se encuentra copada, por lo que no hay ningún excedente que pueda ser utilizado.
Además, algunos expertos señalan que la ley se encuentra escrita de una forma excesivamente beneficiosa para los privados, y que no verían con malos ojos que ésta fuera reformulada para mejorar las condiciones de la petrolera estatal.
Los inventarios mínimos afectan particularmente a las empresas que no han invertido en infraestructura o que no están en capacidad de hacerlo.
Esto incluye a pequeños distribuidores y a grandes compañías como Oxxo Gas, Hidrosina y Petro 7, que tendrían un panorama más complicado para comenzar a importar gasolina y, por lo tanto, tendrían menos incentivos para terminar su relación con Pemex.
Para estas empresas, la solución podría ser una sociedad o el alquiler de instalaciones privadas. Las compañías internacionales con presencia en México sí han realizado inversiones en infraestructura, por lo que BP, Shell, ExxonMobil y Repsol cuentan con sus propias instalaciones de almacenamiento, cuya capacidad podrían poner a disposición de otras empresas.
Los datos de la Secretaría de Energía sobre los permisos de importación emitidos no han sido actualizados desde el pasado 24 de octubre, pero éstos reflejan que todavía se estaban otorgando permisos durante dicho mes, contrario a lo que se había reportado en medios.
EL CEO buscó a la dependencia para conocer el número de permisos emitidos desde el 24 de octubre, pero al cierre de esta edición no obtuvo una respuesta.