La creación de licitaciones para financiar proyectos petroleros mediante la iniciativa privada es una de las pocas opciones para continuar con los proyectos de Pemex y garantizar el pago a las empresas que le prestan servicios.
Sin embargo, la situación actual del sector podría ralentizar aún más el flujo de inversiones hacia la empresa productiva del Estado, explicaron expertos durante un panel de la Expo Virtual Oil & Gas.
“Va a ser un reto de estrategia, hay que ver cómo otros países van a manejar sus activos. Un reto es continuar explorando y decidir qué campos producir, anticipando la demanda sin descuidar el motor que el sector es para la creación de empleos en México”, dijo José Friedrich, subsecretario de Promoción y Atracción de Inversiones de Sedec Tabasco.
Cuando termine esto, agregó, se tendrá que relanzar la economía y si la demanda sube se requerirá la infraestructura que estaba planeada, ya sea con capital nacional o con la ayuda de privados.
Friedrich advirtió también que se deberá analizar la velocidad con la que se puedan hacer contratos de asociación para asegurar la inversión y tener los instrumentos jurídicos y los motores de inversión necesarios para cuando sea momento de reabrir la economía.
Sobre el panorama futuro de Pemex, Diana María Pineda, socia de González Calvillo, externó sus dudas ante la suficiencia de los recortes petroleros acordados a nivel mundial y señaló que México tiene que volverse más selectivo ante los recursos petroleros que piensa explotar en el futuro cercano para hacer eficiente el retorno de sus inversiones.
Asimismo, llamó a reconsiderar la posibilidad de que Pemex comparta el costo financiero con privados, y que les presente mejores oportunidades.
“México tiene que mantenerse competitivo en esta coyuntura. Los planes son a largo plazo, pero recordemos que las empresas que ya tenían planes aprobados se vieron forzadas a reducirlos en un 20% este trimestre. Esto hace que las empresas analicen su portafolio y busquen un mejor retorno de inversión. México no está exento de esto y habrá empresas que decidan postergar planes”, advirtió Merlin Cochran, director general de Amexhi.
En estos momentos, la mejor estrategia para México sería almacenar la producción de crudo e intentar colocarla una vez que el precio se haya recuperado, debido a los altos costos de producción, explicó Larry Rubin, presidente de American Society.
Para complementar esto, el directivo consideró que se debería importar el crudo necesario para consumo local, aprovechando los bajos precios mundiales.
México tendría también que pensar en la posibilidad de continuar produciendo algunos de los campos cuyos costos resultan altos, para aprovechar las coberturas presentes, pues en años subsecuentes las coberturas podrían resultar más caras o incluso podría no haber recursos suficientes para adquirirlas, advirtió Friedrich.
“Para salir de la debacle económica en la que seguramente caerá México, [habrá que analizar] cómo podemos arrancar esos motores de desarrollo cuando los necesitemos. Si necesitamos hacer acuerdos, alianzas, contratos, convenios con privados para fomentar esa inversión, los debemos tener listos en el momento adecuado. Creo que va a ser un tema estratégico muy importante que requerirá la participación de la iniciativa privada y el sector público”, sentenció Friedrich.