La colocación de bonos de deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex) le permite cumplir parte de sus obligaciones financieras más apremiantes, pero en condiciones menos favorables que complican su solvencia futura.

Además, la petrolera podría requerir de mayores apoyos por parte del gobierno federal.

La petrolera emitió esta semana 2,000 millones de dólares en bonos a una tasa que rondaría 10.375%, y aunque en un comunicado destacó que la alta demanda le permitió reducir la tasa inicial en 50 puntos base, sigue siendo bastante elevada.

Víctor Gómez Ayala, experto en finanzas públicas y economista del ITAM, mencionó que esto refleja en buena medida el costo de la pérdida de grado de inversión que Pemex enfrenta desde 2020 y que complica la posibilidad de obtener un financiamiento más barato.

 

De forma comparativa, citó que la tasa es el doble de la que emite el gobierno federal en bonos al mismo plazo (10 años). También es mayor a la tasa cercana al 5% al que colocó los bonos con vencimiento este año en 2013.

 Es refinanciar el mismo capital, sí, pero con condiciones de crédito bastante más duras para Pemex y eso implica que en los próximos 10 años Pemex va a tener que estar pagando más intereses por la misma cantidad

expuso en entrevista.

Eficiencia, un reto

La compañía que dirige Octavio Romero es la petrolera más endeudada del mundo, con una carga financiera que ronda los 105,452 millones de dólares.

“La deuda per se no es un problema, el reto para Pemex está en generar desde su operación la capacidad financiera para hacerle frente a esa carga”, expuso Gómez Ayala.

Pero esto se ve complicado en el mediano plazo. Moody’s, que asignó una calificación de “B1” a la emisión, anticipó altas necesidades de liquidez y flujo negativo en los próximos tres años para la estatal debido a sus próximos vencimientos, las pérdidas en el negocio de refinación y el gasto que debe ejercer para mantener sus niveles de producción.

Una situación donde las amortizaciones y el pago de intereses superen la generación de efectivo, harían a la empresa más dependiente del gobierno, agrega Víctor Gómez.

¿Más apoyos?

La agencia calificadora también consideró que Pemex necesitará más apoyos del gobierno durante los próximos dos años por su limitada liquidez.

 Dado que las transferencias del gobierno a Pemex para cubrir los próximos vencimientos no está incluida en el presupuesto federal, el apoyo financiero a la petrolera estatal puede requerir una reasignación del gasto del presupuesto 2023

 señaló en una nota.

Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA México, considera que de inicio no se requieran más apoyos por parte del gobierno, pero esto depende de cómo se comporten los precios del petróleo y que la producción siga recuperándose.

“Si llegáramos a ver caídas muy pronunciadas en los precios del petróleo, que no está en nuestro escenario base, sí se deberían dar más apoyos”, comentó en una conferencia de prensa reciente.

Los apoyos supondrían una mayor presión para las finanzas públicas en un entorno macroeconómico desafiante.

La administración de Andrés Manuel López Obrador ha puesto en marcha una serie de beneficios para reducir la carga fiscal de la petrolera y ayudarle a cumplir sus obligaciones crediticias.

En días pasados, el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, comentó que tanto la dependencia como Pemex analizaban márgenes de maniobra para enfrentar las amortizaciones de 2023.