La contracción económica que sufrirá México por la pandemia de COVID-19 y el limitado apoyo gubernamental para los hogares y las pequeñas y medianas empresas (pymes) afectará la calidad crediticia, pero el crédito garantizado limitará el deterioro, de acuerdo con un reporte de Moody’s Investors Service.

Los niveles de capitalización varían entre empresas financieras y se han visto disminuidos debido al crecimiento agresivo que han tenido a pesar de la retención de utilidades. La tenencia, generalmente amplia de reservas es capaz de absorber riesgos de activos, pero mayores niveles de capital proveen un colchón adicional y apoyan el crecimiento. No obstante, una depreciación agresiva del equipo arrendado limitará la severidad de las pérdidas relacionadas al incumplimiento

Moodys se refiere a Mega, Unifin, Mexarren, Crédito Real, AyF Banorte, Findep y Alpha Credit. Tan solo estas siete financieras mexicanas tienen 5,000 millones de dólares en deuda extranjera e incrementaron sus carteras casi 30% en 2019, lo que representó 7.3 veces el incremento de los bancos.

Estas siete financieras se enfocan en las personas físicas de bajos ingresos y en las pymes, que son sectores desatendidos por los bancos debido al mayor riesgo que representan y a la limitada oportunidad de hacer ventas cruzadas de productos.

El préstamo de nómina limitará el deterioro de la calidad de los activos, pero los arrendadores también están expuestos a la pérdida de valor del equipo arrendado

dijo Felipe Carvallo, analista de Moody’s.

Unifin, Crédito Real y AyF Banorte son las tres financieras más grandes que ahora ya aparecen en la lista de los 20 prestamistas más grandes de México.

El alto crecimiento reciente pondrá a prueba la originación y el valor de los colaterales a medida que los préstamos maduran en un ambiente menos favorable. Sin embargo, se han contenido préstamos problemáticos, debido al préstamo garantizado de menor riesgo, mientras que la selección cuidadosa de arrendamientos con equipo valioso para el prestatario será clave para los arrendadores.

“La rentabilidad sigue siendo desigual, destacando los altos costos y negocios aún en desarrollo”, agregó Carvallo.

La exposición de las empresas a activos de alto riesgo y alto rendimiento beneficia la rentabilidad en comparación con los bancos, a pesar de su limitada diversificación de ganancias y negocios. Los libros de préstamos sin madurar probablemente requerirán un aprovisionamiento adicional en la recesión actual; combinados, los costos de fondeo, operativos y de provisiones tienden a absorber uno alto porcentaje de las ganancias.

En general, el financiamiento sigue estando concentrado y es de mayoreo, lo cual apunta a la necesidad de impulsar la liquidez. Las empresas con financiamiento a largo plazo y quirografario ofrecerán una mejor protección a los tenedores de bonos, incluso si las grandes emisiones resultan en un arrastre negativo, a medida que las compañías financieras buscan proteger sus balances. La liquidez, sin embargo, es débil en general.