La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) publicó esta semana su documento de Perspectivas Mundiales de Energía, en el que estima que la producción mundial de petróleo tendrá que crecer un 12% para poder satisfacer la demanda en 2040, esto pese a la creciente adopción mundial de energía renovable.

[La predicción] tiene sentido: 2040 es un tiempo relativamente corto en la energía. Que haya una mayor adopción de las renovables no significa que sea el fin de los hidrocarburos. Todos los patrones de consumo mundiales se basan en hidrocarburos. Un aumento de 12% para un período de 20 años es un crecimiento de menos de 1% anual, esto implica que ya están considerando que la demanda no crecerá al ritmo actual.

Gonzalo Monroy, director de GMEC

El pronóstico de OPEP, que también espera que su porcentaje de participación en el mercado mundial crezca de 37 a 40% en los próximos 20 años, resulta excepcionalmente favorable para la industria petrolera cuando se compara con el de compañías transnacionales.

ExxonMobil, que tiene el pronóstico más alto de las tres compañías analizadas, predice un crecimiento en la demanda de sólo 9.6% entre 2020 y 2040.

Shell divide sus escenarios a futuro en tres: cielo (el futuro más renovable), montañas, y océano (el futuro con menos cambios respecto al presente).

Las dos primeras proyecciones prevén una disminución en la demanda de petróleo, mientras que el escenario océano prevé que para 2040 se genere la misma cantidad de energía con petróleo que en 2020. Dados los posibles avances tecnológicos en eficiencia, esto podría significar una menor demanda a nivel mundial.

British Petroleum proyecta cuatro escenarios distintos, y sólo en el más pesimista de ellos prevé un aumento significativo en la demanda mundial: esto estaría impulsado por la necesidad de más energía para permitir que los estándares de vida sigan mejorando en distintas regiones.

Este escenario reduce el porcentaje de población mundial que vive con menos de 100 gigajouls de energía per cápita de 80% a 33%, y supone que los países que más energía gastan no mejoran su eficiencia en los próximos 20 años.

Los demás escenarios del reporte de BP estiman un aumento de sólo 33% en la demanda energética mundial, un índice menor al visto en el pasado, pero la mayor parte de la energía para satisfacer este aumento vendría de energías renovables.

Según BP, este crecimiento en la demanda energética estará impulsado principalmente por países africanos, India y China, que tienen amplios territorios y condiciones ideales para establecer tecnologías limpias en sus sistemas eléctricos.

En este tipo de proyecciones se consideran elementos como la adopción de vehículos eléctricos, la mejora en el rendimiento de vehículos de gasolina, entre otros. (…) Tal vez la OPEP está tomando una proyección conservadora manteniendo los patrones de consumo actuales, eso es una manera de leerlo

Daniel Rodríguez, Senior Editor, Mexico Fuel Markets

La adopción de vehículos eléctricos o de hidrógeno dependerá en gran medida de la capacidad de los gobiernos de establecer la infraestructura necesaria para satisfacer la demanda energética de la flotilla nacional.

En el caso de los autos eléctricos, también es importante considerar qué fuentes se están utilizando para generar la electricidad.

Las proyecciones estiman una demanda estable de petróleo en el sector industrial durante los próximos 20 años, sin embargo, podría haber un crecimiento de alrededor de 1.7% anual en la demanda de petróleo no combustible.

Esta alza estaría impulsada principalmente por el uso de plástico, que no se ha logrado reducir a nivel mundial, a pesar de múltiples regulaciones locales. Una prohibición mundial a plásticos de un solo uso reduciría aún más la demanda de petróleo para 2020.

La mayoría de los escenarios que prevén un estancamiento o incluso un descenso en la demanda de petróleo confían en que el gas natural sea el principal combustible que satisfaga las necesidades energéticas mundiales, sobre todo en la generación eléctrica y en el sector industrial.