Tras algunos intentos fallidos, el Gobierno Federal por fin ha publicado las bases preliminares mediante las cuáles operará el Sistema de Comercio de Emisiones que entrará en vigor el 1 de enero.

Expertos opinan que se trata de un buen inicio que tendrá que ir apretando el paso para permitir que México alcance sus objetivos frente a los acuerdos de París.

Tomó algún tiempo, pero el acuerdo de París permitió que se pusieran las pilas y ha habido mucho trabajo tras bambalinas, particularmente de Sener y Semarnat, para homologar la forma en la que se van a afrontar las emisiones

Luis Aguirre, Fundador, GreenMomentum

Las bases preliminares definen los sectores industriales y comerciales que participarán en el Sistema de Comercio y establecen los límites que tendrán que acatar. Los meses restantes para la fecha de inicio serán utilizados para operar un programa piloto.

La primer crítica de parte de Aguirre tiene que ver con los objetivos de emisiones a los que se apunta. La ley establece un límite de compra-venta de 10% de las emisiones del año anterior, que podría resultar bajo de acuerdo a estándares internacionales.

California, por ejemplo, estableció un límite de 25%, por lo que el bajo límite mexicano podría complicar el alcance de las metas, sobre todo para los sectores que menos avances han conseguido durante los últimos años.

Esto provoca que el listado de sectores participantes también resulte controversial. Dentro de su marco teórico, la ley expresa que el sector energía y el industrial son responsables por el 90% de las emisiones.

Aguirre considera que este número es alto y señala que la ley no incluye al sector transporte a pesar de incluir a otros como bebidas y alimentos, que en teoría no es uno de los principales contaminantes.

La propia ley considera un periodo de sólo seis meses para poner en marcha la plataforma de seguimiento de emisiones, dado que este es uno de los grandes puntos débiles del mercado de Certificados de Energías Limpias; los expertos opinaron que se trata de poco tiempo.

Para Adrián Fernández Bremauntz, director de Iniciativa Climática de México, el Sistema de Comercio es un buen inicio, pero el reciente reajuste de las metas internacionales ha provocado que la política pública mexicana tenga que ajustarse para que el país alcance el impacto que las Naciones Unidas están buscando.

Si se ponían metas muy ambiciosas los privados iban a intentar bloquearlo por el miedo al costo eventual de las medidas. Esas metas se tienen que ir apretando más mientras el mercado se regula. La meta es que se utilicen mejores tecnologías y que México pueda modificar sus objetivos frente a la cumbre de la ONU el próximo año en Glasgow

Adrián Fernández Bremauntz, Director Ejecutivo Iniciativa Climática de México

El impulso a estas modificaciones vino del propio secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, quien utilizó la reunión de Nueva York, el mes pasado, para instar a los miembros de la organización para “actuar en vez de hablar”.

El mercado mexicano también tendrá el objetivo a mediano plazo de ajustarse a los límites y las reglas operativas que regulan los sistemas en California y otros mercados internacionales, para poder así establecer un intercambio internacional de emisiones.