Los países en vías de desarrollo, incluyendo México, tienen grandes retos en materia de financiamiento de proyectos para el impulso de la transición energética, los cuales jugarán un papel fundamental en la disminución de emisiones necesaria para alcanzar las metas del Acuerdo de París.

La mayoría de estos retos se presentan en forma de marco teórico y falta de planeación, dijo la Agencia Internacional de Energía durante la presentación de su estudio.

“Los gobiernos de estos países necesitan tener una visión creativa y políticas y marcos regulatorios que apoyen la obtención de las inversiones necesarias. Nuestros números muestran que existe suficiente capital en el mundo, pero que esto llegue como inversiones a cada territorio dependerá de esfuerzos grandes por parte de estos países”, destacó Fatih Birol, Director Ejecutivo de la Agencia.

En el caso específico de México, la Agencia identificó varias áreas de oportunidad, entre las que destacan: reducir las emisiones de producción y uso de petróleo y gas, promover la diversidad de financiamiento por parte de bancos locales y bancos “verdes”, estimular la compra de vehículos eléctricos, y promover la reducción de emisiones en industrias como la cementera y la acerera.

Sobre la producción de petróleo, Pemex ha tenido una lenta adopción de técnicas que otras empresas han utilizado para reducir sus emisiones, lo que ha mantenido a la empresa estatal entre las menos eficientes del mundo.

“Existen distintas tecnologías, como la captura y almacenamiento de carbón (CCS), que es un proceso caro por su poco desarrollo. Nahle a veces habla de que estas tecnologías no existen, pero el CCS es una tecnología que sí existe y que está ahí para ser adoptada por la industria de petróleo y el gas”, explicó Elie Villeda, analista del sector.

La diversidad de financiamiento es, probablemente, el área en la que México tiene mayores retos, pues ya había obtenido ciertos avances que desaparecieron durante este sexenio.

“El tema cada vez se ha vuelto más complejo en México, sobre todo para proyectos muy grandes. Antes se intentaba asegurar PPAs y la energía sobrante se inyectaba a mercado. Ya con las PPAs se podía negociar con instituciones financieras que decidían con base en el riesgo de mercado. En esta ecuación se evalúa el proyecto, la legislación e incluso el offtaker. Ahora los bancos han dejado de financiar proyectos debido a la parálisis regulatoria y el incremento del riesgo como país”, lamentó Villeda.

Sobre la movilidad limpia, Paul Sánchez, analista del sector, opinó que el gobierno ha mandado señales claras de que prefiere “irse a la segura” con tecnologías fósiles. La más reciente muestra de esto sería la inversión en Deer Park.

“La IEA cuestiona la idea de que México esté avanzando en esta materia, sobre todo por los planes de inversión del gobierno y por la falta de un plan integral en términos de transición energética y de movilidad eléctrica: no hay un mapa de ruta para inhibir emisiones de transporte, lo cual es un problema que representa mínimo 50% de las emisiones de nuestro país”, destacó el experto.

Sobre el tema de las industrias más problemáticas, Sánchez dijo que es necesario que el gobierno sea capaz de garantizar la oferta de combustibles para que las empresas estén en condiciones de mejorar las tecnologías que utilizan en sus hornos.

“Las cementeras y algunas acereras todavía usan hornos de carbón o incluso de coque de petróleo. Estos hornos son complicados porque no se apagan nunca y están encendidos a un nivel de calor mínimo. Parte del problema es que no se ha establecido una estrategia para transicionar los usos energéticos pesados. (El problema con la transición a gas) es que en algunos casos no hay gas o infraestructura, y en algunos casos CFE o Pemex tienen reservada la capacidad”, destacó.

Villeda consideró que será complicado enfrentar estos retos en el corto plazo, incluso después de una sucesión presidencial, debido a la incertidumbre regulatoria que existe. Sin embargo, destacó que ya se detuvo la tendencia de cambio político en la industria, y que esto podría significar una ola de cambio posterior a las elecciones de 2024. “Se necesita un cambio de liderazgo para tener el sector fuerte que teníamos antes y que generaba empleos”, dijo.