El consumo de refrescos en México con alto contenido calórico se desaceleró y dio paso al de bajo en calorías en 2018, debido a la nueva oferta de empresas como Coca-Cola Femsa, Arca Continental y Pepsico y a una mayor conciencia por parte del consumidor.
En 2018, los refrescos de cola calóricos aumentaron sus ventas apenas 0.82% con respecto al año anterior, en contraste, las colas bajas en calorías se expandieron 149%, según KPMG con datos de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (Anaprac)
La firma expuso que los refrescos de sabor tuvieron un crecimiento de 2.09%, en tanto que los refrescos bajos en calorías se desarrollaron 414%.
El incremento más importante que hemos observado son los productos bajos en calorías y en los no calóricos, debido a una mayor conciencia que tienen los consumidores y un portafolio de productos más amplio de esta categoría
dijo Oscar Silva, socio líder del área de Global Strategy Group de KPMG.
El año pasado, los refrescos de cola no calóricos crecieron 26.10% y los refrescos no calóricos 20%.
Silva añadió que el consumo de refrescos está tan arraigado en la cultura del mexicano, que es difícil que deje de tomarlo, pero es más consciente en las implicaciones que puede tener en su salud.
“Es común que alguien que toma refresco prefiera las presentaciones bajas en calorías o sin calorías, sin que sacrifique el tomarlos”, comentó Silva.
Auguran mal 2020 para la industria refresquera
El consumo de refresco en México tendrá un año difícil, no sólo por la aplicación de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), sino también por la desaceleración de la economía mexicana, aunque el impacto aún no es claro.
Pero Silva reconoció que también habrá políticas públicas que estimulan la compra de alimentos.
“Los nuevos programas sociales del gobierno se irán en la compra de alimentos y bienes perecederos, en contraste de los bienes duraderos, que registran una contracción”, contrastó.