Louis Vuitton, marca insignia de LVMH, inaugura este jueves por la noche una nueva fábrica en Texas, Estados Unidos.

La apertura de la instalación es parte del plan del presidente del conglomerdado de lujo francés, Bernard Arnault para protegerse de las tensiones comerciales, y está en línea con la promesa del mandatario Donald Trump de crear más empleos manufactureros en el país.

Además, se prevé que la fábrica genere 1,000 empleos en los próximos cinco años.

Estados Unidos es el segundo mercado en importancia para LVMH, con 24% del volumen total de negocios.

En la inauguración estarán presentes Trump y su hija Ivanka, junto con Arnault y también el CEO de Louis Vuitton, Michael Burke.

Trump ha hecho de la creación de empleos manufactureros una prioridad, y en enero de 2017 había barajado la posibilidad de “ampliar” las plantas actuales de producción de Vuitton en “California o Texas”, durante un encuentro con Arnault.

En su conjunto, el grupo LVMH y sus 70 marcas – incluidas también Christian Dior, Fendi, Hennessy y Dom Pérignon – obtuvo resultados récords en 2018, con 46,000 millones de euros de ventas y un beneficio neto superior a los 6,000 millones.

Esto es consistente con la reciente firma de Louis Vuitton y el compromiso con los trabajadores de Estados Unidos, que tiene como objetivo ampliar los programas que educan, capacitan y apoyan a los trabajadores estadounidenses,

dijo Louis Vuitton en un comunicado citado por Bloomberg.

Las categorías de productos clave para Louis Vuitton, incluidos los bolsos y el champán, se libraron de los aranceles de represalia contra las exportaciones europeas, que entrarán en vigor el viernes.

Estos aranceles fueron autorizados por la Organización Mundial de Comercio (OMC) debido a los subsidios que el bloque europeo otorgaba a Airbus.

Con información de AFP