El diálogo entre la iniciativa privada y el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador se mantiene, a pesar de los múltiples desacuerdos que han tenido desde antes que asumiera la presidencia.

El último se dio cuando, a través de una consulta ciudadana realizada en Mexicali, Baja California, se decidió suspender la construcción de la planta productora de cerveza propiedad de Constellation Brands.

No hemos roto con la autoridad, jamás lo haremos, pero sí tenemos firmeza en nuestro argumento. Creemos que son los adecuados, lo único que buscamos es que le vaya bien a México y hemos hecho todo lo posible, en todos los momentos hemos tratado de estar cerca del gobierno y arreglar los problemas porque el presidente representa los intereses de todos los mexicanos

dijo Carlos Salazar, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, en conferencia de prensa.

En el tema sobre las consecuencias en futuras inversiones privadas en el país a raíz de esta decisión, el representante de los empresarios comentó que, se debe de acatar a los análisis y estudios emitidos por las diferentes instituciones financieras que advierten de los daños a la confianza en las compañías.

“Los empresarios pedimos que se respete el Estado de Derecho, porque cuando haces una inversión lo haces con las reglas, te apegas a ellas y no quieres que se modifiquen estas normativas”.

El pasado martes, el CCE emitió un comunicado donde calificó el fallo en contra como “arbitraria, autoritaria y unilateral”, después de que, en una consulta ciudadana donde el 76.1% de los 36,781 participantes dieron el “no” a la terminación de la factoría.

De acuerdo a asociaciones civiles locales, la puesta en marcha de la planta provocaría un estrés hídrico en la zona, que afectaría a la comunidad.

Constellation Brands aseguraba que solo utilizaría el 0.2% del total del suministro de la región, mismo que regresaría en forma de agua tratada.

En tanto, López Obrador comentaba que el complejo se trasladase al sur del país, donde existen excedentes de recursos hídricos y hacen falta empleos.

No es la primera vez que chocan

Uno de los puntos más álgidos en la tensa relación entre los empresarios y el presidente, fue cuando éste aún era candidato presidencial en 2018.

En ese momento, López Obrador señaló a Alberto Baillères (de Grupo Bal y dueño de Industrias Peñoles), Claudio X. Gonzáles Laporte (presidente de Kimberly Clark México), Germán Larrea (presidente de Grupo México), Eduardo Tricio Haro (presidente de Grupo Lala), y Alejandro Ramírez (director de Cinéplis y presidente en ese entonces del Consejo Mexicano de Negocios), de reunirse con su adversario panista, Ricardo Anaya, para negociar apoyos a su campaña.

Esto, con el objetivo de debilitar a tabasqueño, quien era el candidato puntero.

Como respuesta, Juan Pablo Castañón, líder del CCE en ese momento, negó la existencia de un complot en contra de Obrador y lanzó la campaña “Así No”, donde condenaba que un candidato presidencial recurriera a “ataques personales y a descalificaciones infundadas”.

Meses ante de asumir el cargo, AMLO puso sobre la mesa la opción de cancelar el proyecto que sería la insignia del gobierno anterior, precedido por Enrique Peña Nieto, el Nuevo Aeropuerto Internacional de México. Ya como mandatario se tomó la decisión de suspender las obras.

Una de sus primeras medidas al frente del país fue designar al empresario Alfonso Romo como su representante ante los empresarios y fue cuando este sector dio un cambio en su discurso.

El 5 de julio de 2018, el Consejo Mexicano Empresarial lanzó un spot en el que reconocía el triunfo del político y ofrecía apoyar al gobierno electo.